miércoles, 30 de noviembre de 2011

El 1 de Diciembre, todos/as somos Juanjo, Albert y Xavier

El próximo Jueves 1 de diciembre, Juanjo Serrano, Albert Camarasa y Xavier Auré (miembro de PCPC-PCPE y miembros de JCPC-CJC respectivamente) se enfrentan a penas de prisión de 3 años y 10 meses, por supuestos delitos de atentado contra la autoridad y desordenes públicos.
Este juicio es la muestra más clara y representativa de la persecución que en España y en el resto de Europa están sufriendo las y los comunistas.
Pero vayamos al comienzo de esta historia para entender mejor como Juanjo, Albert y Xavier han llegado hasta aquí y conforme vayamos conociendo su caso, nos iremos dando cuenta de que, desgraciadamente, cualquiera que luche del lado de los trabajadores en un momento de crisis estructural como el actual, puede verse envuelto en lo que podemos describir como un montaje policial y un Juicio farsa. Tomar esta postura política nos pone a cualquiera en el punto de mira de las fuerzas policiales de un estado y un sistema cada vez más nervioso y violento contra aquellos que luchan por construir otra forma de organizarse y contra un sistema agotado.
LOS HECHOS
El 11 de noviembre de 2007 fue asesinado en el metro de Madrid el joven antifascista Carlos Palomino[1], a manos de un fascista de 23 años – soldado profesional del ejército español- que se dirigía a una concentración del partido fascista Democracia Nacional. Inmediatamente se suceden las concentraciones y movilizaciones de condena y repulsa por este asesinato fascista en distintas ciudades del estado español; también en Barcelona.
El 14 de noviembre en Barcelona, diversos colectivos y organizaciones antifascistas convocan una manifestación, donde desde el primer momento queda claro que la policía - Mossos d’Esquadra (dirigida por el Conseller Saura de ICV-EUiA) tienen orden de no dejarla discurrir de forma pacífica. El operativo montado no guarda ningún tipo de proporcionalidad con la protesta: toma policial del centro de Barcelona con los antidisturbios preparados para cargar, intimidaciones en el metro a los asistentes, ambulancias preparadas como si de un escenario bélico se tratara, amago de carga cuando la cabeza de la manifestación se pone en marcha, etc.
Durante la manifestación se suceden diversos intentos -por parte del operativo policial- para cortar la misma en diversos puntos, lo que hace aumentar el nerviosismo y la indignación por parte de los manifestantes. Esta situación se va agravando durante la marcha, y cuando ésta no lleva ni 400 metros de recorrido se produce una brutal carga policial que crea -en el mismo centro de Barcelona-, una situación de conmoción social imposible de justificar, al extenderse la represión a la zona comercial del Passeig de Gracia y acabar afectando a los transeúntes.
Como resultado de la carga policial se producen diversas agresiones, en las que varios manifestantes tienen que ser evacuados en ambulancia. También se producen cinco detenciones, entre ellas la de dos miembros de los JCPC-CJC (Xavier Auré y otro camarada menor de edad), que son conducidos a la comisaría central de los Mossos d’Esquadra de Barcelona; y, dado que uno de los detenidos era menor de edad en ese momento, la policía no tuvo más remedio que comunicar a la familia su detención -de lo contrario habrían estado por lo menos 48 horas sin comunicación exterior.
Inmediatamente, varios dirigentes del PCPC-PCPE y de los JCPC-CJC, acompañados de una abogada, se personaron en la comisara junto a los padres de los detenidos. En ese momento éstos son requeridos para que se identifiquen y, después de una larga espera en la comisaría, un policía llama a un miembro del PCPC-PCPE (Juanjo Serrano), para informarle que él y otro miembro de la organización (Albert Camarasa), han sido reconocidos por su intervención en la manifestación, y que han sido denunciados por la policía. Todo un montaje policial - ya que incluso se da el caso de que el militante del PCPC-PCPE no había podido participar en la manifestación por problemas familiares– dirigido a criminalizar la lucha antifascista y la militancia comunista.
En los días sucesivos el fiscal concretó la denuncia:
-Se abre una causa contra tres miembros del PCPC-PCPE y de la CJC-JCPC (uno de los detenidos y dos de los inculpados en la comisaría), a los que se les acusa “de un delito de atentado y por un delito de desordenes públicos”, por montar una supuesta barricada con contenedores de basura y apedrear a la policía. Solicitándoles “3 años y 10 meses de cárcel y la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo”. El expediente de los menores queda archivado, puesto que el tribunal de menores no ve indicios de delito. Para sostener esta denuncia la fiscalía solo presenta una prueba, el testimonio de los policías, no habiendo ninguna otra prueba de que ocurrieran los hechos mencionados.
No es la primera vez que el gobierno español (el fiscal es el representante del gobierno en el proceso judicial) recurre a falsas denuncias contra activistas anticapitalistas de distintas ideologías, sólo con la falsa declaración de la policía (en el estado español la declaración policial tiene rango de prueba, no así la de los otros testigos). La diferencia en este caso, es que en lugar de un único sumario que afecte a todos los inculpados por los mismos hechos, el fiscal los ha separado en dos sumarios: uno con los tres activistas que pertenecen a distintas organizaciones, y otro, exclusivamente contra los militantes comunistas del PCPC y de la CJC-JCPC. Este ultimo detalle constituye una evidencia más de la persecución anti-comunista y del carácter político de este juicio.
LA PRESUNCION DE INOCENCIA Y LA PRESUNCION DE VERACIDAD
Aquí aparece un elemento clave en este caso y es el conflicto que se establece cuando las partes en litigio son la policía y la ciudadanía. Aquí el principio de la igualdad ante la ley y el de presunción de inocencia pueden quedar total o parcialmente anulados, debido a que la policía, en cuanto funcionario público que es, goza del privilegio de la “presunción de veracidad”. O lo que es lo mismo, su palabra vale más que la de un ciudadano de a pie, aún sin existir más pruebas que la mera acusación (o denuncia).
LOS JUICIOS
El próximo 1 de Diciembre tendrá lugar el 3º intento de juicio, desde que Albert, Juanjo y Xavier fueron imputados, quedando los dos intentos anteriores, el 22 de octubre de 2010 y el 14 de febrero de 2011, suspendidos por falta de una prueba solicitada por la defensa.
LA CAMPAÑA
La solidaridad es fundamental para echar abajo este montaje policial. En este sentido, desde el día en que se produjo la acusacion de estos tres comunistas, se han enviado una multitud de cartas, comunicados, resoluciones de apoyo y de petición del archivo del caso y la absolución de los tres camaradas.
Actualmente la campaña llamada “Juanjo, Albert y Xavier: Libertad sin cargos, YA”[2] lucha por dar a conocer esta situación al mayor número posible de personas para que este acoso, deje de estar silenciado, invisibilizado en nuestro día a día.
Frente a esto, y dentro de la campaña de solidaridad antes reseñada, el pasado 22 de octubre, tuvo lugar en Madrid el mayor acto en protesta contra esta persecución[3]. Bajo el título “Contra la represión a las y los comunistas”, más de 300 personas llenaron el salon de actos del Ateneo de Madrid, en un acto de protesta contra la represión del estado burgués a los comunistas y en solidaridad con Juanjo, Albert y Xavier, que serán juzgados el próximo 1 de diciembre en Barcelona. Se recibieron mensajes de solidaridad desde Partidos Comunistas de más de 30 países así como de personalidades destacadas del mundo de la cultura.
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Ahora más que nunca, las muestras de solidaridad son importantísimas. Solo una amplia solidaridad entre la clase trabajadora, colectivos sociales y partidos obreros puede hacer que a los aparatos represores del estado les salga más cara la persecución y el acoso, frente a un movimiento que protesta por el abuso hacia los y las comunistas más jóvenes de este país.
Por que no hacer nada ante la persecución política a los comunistas en el estado español es ser cómplice de este proceso de involución democrática que estamos viviendo. Por eso ahora, más que nunca, hay que estar con los comunistas, porque en los comunistas no van a parar las ansias de persecución de este sistema. Porque todos podemos ser Juanjo, Albert o Xavier. Porque este sistema solo respetará aquello que las masas le impongan con su acción decidida.