Intervención de Ánghel Morales García, en el acto de homenaje a Miguel Ángel Díaz Palarea, en el Ateneo de La Laguna[1]
Palabras de Ánghel Morales:
La larga y cruel enfermedad que venía arrastrando ha podido doblegar a uno de los hombres más ilustres de esta tierra, Miguel Ángel Díaz Palarea. Abogado y psicólogo, siempre tuvo claro de que lado debía posicionarse, tanto para defender los derechos de la clase trabajadora, como para defender los derechos de su Nación canaria.
Lo conocí a principios de los setenta, cuando llegó a La Laguna para estudiar derecho, aun que llevaba paralelamente sus estudios de psicología hasta cuarto año, ahí paró para terminar su carrera de abogacía, para al año siguiente terminar la de psicología. Juramentó bajo el apadrinamiento del señor Villena Quintero, otro gran abogado y patriota. Desde que empezó a ejercer se puso del lado de los más humildes y tal era su compromiso, que se implicaba al máximo con los que defendía. Nunca mandaba a nadie, él acudía, bien a encerrarse con los trabajadores en una iglesia, en la casa sindical o en el mismo cabildo, nunca quiso ser un líder, pero a Miguel Ángel todo el mundo lo respetaba: era un auténtico líder. Nunca militó en partido alguno, aunque se que tuvo múltiples ofertas para ir en listas con posibilidades de salir, pero esta no era su lucha, me refiero a la de ocupar cargos públicos, aunque siempre se manifestó como un independentista convencido y ayudó todo lo que pudo para que la llama de la libertad se mantuviera siempre encendida en esta tierra.
Fue fundador de la Confederación Canaria de Trabajadores CCT y se implicó claramente en defender a la clase trabajadora, fue un hábil negociador de convenios y desde aquel Tenerife rojo de 1977, demostró su capacidad para ganar pleitos y enfrentarse a la patronal para obtener lo mejor para los que defendía. Sería amplia la lista de convenios en los que intervino, como los de CESPASA, Frío Industrial, Lago Martianez, transportes, enseñanza, etc. etc., tal era su capacidad, que el colonialismo lo puso en el punto de mira de su represión, lo que le costó mas de un disgusto, pero Miguel Ángel Díaz Palarea siempre fue indomable, luchaba por lo que creía y llegaba hasta las últimas consecuencias. Yo recuerdo aquella injusta detención con varios compañeros de la CCT, donde no les quedó más remedió que plantearse una huelga de hambre, siendo trasladados al Hospital Universitario, más de veinte días estuvieron en estas condiciones, al final fueron puestos en libertad sin cargos, pero unos meses después el hospital pasó la factura... una vergüenza.
Desde finales de los 70, yo recuerdo que me traía sus artículos al desaparecido periódico La Tarde, siempre implicándose en denuncias y llevando a los medios aquellos temas que defendía. Recuerdo también las crónicas judiciales que me hacía para los servicios informativos de Radio Cadena espanola. Hay uno que para mi fue muy especial, como fue aquel 28 de febrero del 81, la primera vez que la Audiencia Nacional venía a Canarias, para juzgar a cuatro militantes del MPAIAC. Más tarde siguió colaborando con las revistas Archipiélago Canario, La Voz del Valle o la Guía Semanal de Tenerife, revistas que se imprimían en Gráficas Yurena, cooperativa de artes gráficas que se creó bajo la tutela de Miguel Ángel. En Gráficas Yurena se imprimía también el periódico Nación Canaria, órgano de información de la CCT y donde también Palarea firmó excelentes artículos. Una vez escribió un artículo muy fuerte y sin firmar para la revista La Voz del Valle, el resultado es que yo como director de la revista fui llevado ante la justicia y me fue a defender Miguel, en uno de sus alegatos en mi defensa se salta con una frase “es que mi defendido no quería decir lo que ustedes están planteando”… yo me reía para dentro y pensaba… “solo tu sabes lo que querías decir”. Bueno, al final me absolvieron.
GRAN PINTOR Y ESCRITOR
Su afición a la pintura creo que le venía desde siempre, cuando aún era un estudiante. Yo recuerdo que a falta de lienzos, pintaba las puertas, ventanas y paredes del piso que compartía con otros compañeros en el Barrio Nuevo de La Laguna, más adelante hizo muchas exposiciones, tanto particulares como colectivas en diferentes puntos del Archipiélago. Fue un gran ilustrador, tanto de interiores de libros como de portadas, yo recuerdo aquellas para la Biografía de Parry II o Melquiades Rodríguez, como el libro de Enrique García Ramos, "Famosos sin Estatuas". La verdad que era un auténtico máquina en esto de la pintura y el diseño. También en esto de la pintura le recuerdo muchísimas anécdotas, como aquella cuando le salió una exposición en el Sur de Tenerife, por aquellos días no tenía mucha obra y decidió tirar de algunos cuadros que tenía en casa y de los que no quería desprenderse, por lo que me dijo que pusiéramos un precio alto para que no se vendieran, al final la mayoría de los cuadros se vendieron pese al coste.
En cuanto a la literatura, tengo que decir que tenía una capacidad creativa inusual, pero también ahí se mostraba como un gran defensor de los menos favorecidos. Solía meter a algunos de sus amigos como personajes de ficción, como una muestra de camaradería y de reconocimiento. Su libro, Javier Fernández Quesada: No Olvidamos, es una denuncia clara del vil asesinato del joven estudiante. Que decir tiene, que luchó desde los tribunales de justicia para que se esclarecieran los hechos y creo que lo poco o mucho que se logró en los tribunales fue por la labor incansable de este gran patriota. Un Ron Doble, es una magnífica novela donde denuncia la expoliación que los aguamangantes hacían de las aguas públicas de nuestros pueblos y donde se cometieron abusos para apoderase de ellas, describe como era la vida en algunos pueblos de nuestras islas, quienes mandaban y quienes tenían que obedecer, también plantea una complicada y bella historia de amor. De esta novela existen dos ediciones, la primera bajo el sello de la más veterana editorial de canarias, Editorial Benchomo y la segunda bajo el sello de la prestigiosa Editorial Idea. El Cagador Justiciero, otra denuncia sobre la especulación inmobiliaria y como se le iba rapiñando los terrenos a los campesinos para construir urbanizaciones, pero como en las anteriores siempre aparecen personajes llenos de una profunda humanidad, con sus miserias, sus amores y sus luchas. Beneharo: El Mencey Loco y Crónicas de la Magistratura de Trabajo, es un libro de relatos, donde empieza por uno de los personajes de la historia de Canarias y termina con una serie de relatos, la mayoría basados en hechos reales, ocurridas en sus devenires por los juzgados. Entre Piratas, es una novela ambientada en el ataque de Nelson a Santa Cruz de Tenerife y donde Palarea por medio de sus personajes da su particular versión de lo que pudo ocurrir en aquellos momentos. Divertida, amena y con ese sello particular que Miguel Ángel tenía a la hora de narrar. Recuerdo que una vez comenté de él, que no era un abogado que escribía en ratos libres, sino que se trataba de un escritor consumado, que ejercía de abogado para ganarse la vida, ya que la literatura en Canarias no da para eso. La Patera Verde, narra con toda crudeza el drama de la emigración clandestina, una joven pareja que llega en una patera que a Fuerteventura y que los acoge Juanito, un retornado de la emigración canaria a América, muy conmovedora, muy dramática, sobre todo cuando los especuladores intenta echar a Juanito para construir en sus terrenos. Las Cucas es una novela extraña, yo me atrevería a decir que son tres novelas incrustadas en una. En esta novela me convierte en personaje de ficción, un joven periodista que investiga sobre una plaga de cucas que invaden Santa Cruz de Tenerife y que al parecer salen de la vagina de las mujeres ricas que engañan a sus maridos. Habla mucho de la situación colonial de Canarias y para ello se va al espacio donde aparecen pueblos colonizados y pueblos colonizadores, yagos, astrokes y otros, se enfrentas en duras batallas, convirtiéndose esta parte en pura ciencia ficción. 2056: Canarias Marroquí, cuenta la historia de de un grupo de independentistas canarios que tratan de volar el palacio del Gobierno de Canarias, donde está a punto de ocurrir un hecho importante, se va a arriar la bandera española y se va a izar la bandera marroquí. Una Canarias llena de pozos petrolíferos y contaminada se prepara para recibir este cambio de poderes, los grupos independentistas se oponen a ello y luchan por evitarlo.
Miguel Ángel Díaz Palarea colaboró también en muchos libros de relatos colectivos, donde siempre dejaba huella de su portentosa imaginación y de su particular forma de narrar, con mucho humor y con mucha sabiduría. Trece Gramos de Gofio Estelar, ha sido un libro emblemático, donde un grupo de los mejores escritores de Las islas se marcan hacer un libro de relatos de ciencia ficción. Ediciones Aguere hace años y bajo la dirección de Alberto Comas se marca periódicamente hacer libros de relatos de diferentes autores, en el primero colaboraron unos doce y en el último casi cuarenta, pero en todos ellos participó Miguel Ángel, habitáculos, Acrobacias, Lunáticos, Páramos, etc. etc. fueron algunos de los títulos que llevaron estos libros.
Seguramente se me quedan muchas cosas de la labor literaria de Miguel Ángel Díaz Palarea, pero mi intención era dejar unas pinceladas de su amplia e interesante obra. Siempre estuvo dispuesto para colaborar en presentaciones de compañeros, la última que realizó fue para acompañarme en la presentación de la novela La Grama, de nuestro común amigo, Francisco Rodríguez Medina. gran contertulio en programas de radio y televisión, podríamos decir que ha sido un todo terreno y que tocaba muchos palos tanto en las artes como en la información, por supuesto en el ejercicio de la abogacía, donde fue un consumado abogado laboralista.
Miguel Ángel Díaz Palarea ha sido todo humanidad, defendió siempre las cosas en las que creía, fue siempre con la verdad por delante, amigo de sus amigos y respetuoso con sus adversarios, fue sin lugar a dudas una magnifica persona, que creo que estará siempre presente en la memoria del pueblo canario. Descansa en paz Miguel Ángel, el pueblo canario no te olvidará jamás. Eres insustituible.