MANIFIESTO DE LAS MUJERES SINDICALISTAS
CONTRA LA REFORMA LABORAL
Las delegadas y afiliadas de las distintas organizaciones sindicales que suscribimos este Manifiesto, continuando con la línea de combate frontal contra la reforma laboral que nos hemos marcado, queremos denunciar en este 8 de Marzo, Día Internacional de lucha de todas las mujeres del mundo, las nefastas consecuencias que la reforma laboral decretada por el Partido Popular tendrá para el empleo y las condiciones de vida de las mujeres.
Estamos asistiendo a una reforma laboral contra los derechos laborales de todas las personas trabajadoras y contra la negociación colectiva en las empresas de una gravedad sin precedentes, que contiene además una serie de aspectos que suponen la destrucción de la posibilidad de disfrutar de un empleo digno por parte de las mujeres, de la necesaria conciliación de la vida laboral, familiar y personal y, en definitiva, de garantizar el avance en igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral a través de la negociación colectiva. Esta reforma profundizará aún más si cabe en la ya precaria situación de las mujeres en el empleo, particularmente en Canarias, y nos condena a la temporalidad y la parcialidad como las únicas formas de incorporarnos al trabajo asalariado, todo ello con unas condiciones que van a impedir que se avance en la corresponsabilidad de los hombres en el trabajo del cuidado de las personas dependientes que se realiza de forma gratuita en el ámbito doméstico.
Entre los aspectos más nefastos de la reforma laboral del gobierno español, denunciamos los siguientes:
- Las mayores facilidades para el despido y el abaratamiento de las indemnizaciones, que provocarán la expulsión de muchas mujeres del mercado de trabajo y las castigará de manera muy especial al contemplar que las faltas al trabajo (9 días intermitentes en dos meses), sean justificadas o no, den pie a un procedimiento de despido.
- La autorización a las empresas para recortar los salarios unilateralmente, lo cual va a generar una aún mayor discriminación salarial –ahora consentida legalmente- de las mujeres.
- La modificación unilateral de las condiciones de trabajo por parte del empresariado (jornada, turno, movilidad geográfica, realización de funciones de superior categoría,…) precarizará más aún las condiciones de vida de muchas mujeres si no pueden adaptarse a las modificaciones impuestas, e incidirá negativamente en la conciliación de la vida laboral y personal.
- La posibilidad de que en el trabajo a tiempo parcial -forma de empleo mayoritariamente femenino- se puedan realizar horas extras sin cotización a la Seguridad Social por las empresas, ahondará en la sobreexplotación laboral de miles de mujeres y cerrará definitivamente las puertas a que puedan acceder a un contrato a tiempo completo. Esta medida está muy lejos de garantizar la igualdad en el acceso a un empleo digno y nos alejará aún más, si cabe, del derecho a unas pensiones de jubilación dignas.
- La facilidad para que las empresas se acojan a Expedientes de Regulación de Empleo supondrá una expulsión de muchas mujeres de todos los ámbitos, pero es especialmente grave que estos se extiendan a las empresas públicas, en las que se concentra buena parte del empleo femenino estable e indefinido que hasta ahora se había conseguido mantener salvaguardado frente a la crisis.
- La percepción de prestaciones por desempleo se verá amenazada si no se aceptan tres ofertas de empleo por inadecuadas que puedan resultar dada la experiencia o perfil profesional de la persona desempleada, lo cual significará que muchas mujeres más pasen a engrosar las bolsas de pobreza al perder las ya de por sí escasas prestaciones en vigor (en número de beneficiarias y cuantías de las mismas respecto a los hombres).
- La nueva modalidad de contratación para quienes cobren prestación por desempleo, con bonificaciones en la seguridad social y fiscales, en la que se permite el despido durante un año a coste cero, excluirá aún más a las mujeres del mercado de trabajo -dado que son muchas menos mujeres que hombres las que perciben estas prestaciones-, enviándolas directamente a engrosar las filas de la exclusión social.
- La modificación en el derecho a permisos por lactancia, supone que a partir de ahora sólo podrán ejercer el padre o la madre, pero no ambos. Además, las personas trabajadoras que se acojan a la reducción de jornada por este motivo tendrán que aplicarla día a día y no podrán acumular esas horas como hasta ahora, independientemente de las necesidades concretas de conciliación que tenga cada trabajador y trabajadora.
- La realización de una prestación o servicio social gratuito que tendrán que desarrollar las personas desempleadas, supone en recorte de oportunidades de acceso al empleo y a un salario para otras muchas personas desempleadas, en especial las mujeres que sufren un alto índice de desempleo, al tiempo que servirá para promover el despido de quienes hasta ahora han preservado sus puestos de trabajo, principalmente en las empresas y administraciones públicas.
- La autorización a las empresas para el descuelgue unilateral de los convenios colectivos en vigor y la desprotección de los trabajadores y trabajadoras a la que se ven expuestos si tras dos años no se alcanza acuerdo entre la representación sindical y las empresas para establecer un nuevo convenio colectivo, constituye un grave ataque no sólo a los derechos laborales, sino también a la posibilidad de garantizar que se implanten políticas de igualdad en las empresas y que se facilite la conciliación entre la vida familiar y laboral. Supone el desmantelamiento de las relaciones laborales y la negociación colectiva como un instrumento fundamental para avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres.
- La supresión de las bonificaciones para la reincorporación tras la maternidad limitará de forma ilimitada la nueva incorporación al trabajo de muchas mujeres que han sido madres recientemente.
No debemos olvidar que todo esto se une a la reforma del sistema público de pensiones llevado a cabo el pasado año que tan negativamente afecta a las mujeres, ni la congelación del poder adquisitivo de las pensiones por parte del PP, ni la suspensión hasta 2013 de la ampliación a 4 semanas del permiso de paternidad que estaba previsto para enero de 2012.
Estas medidas, junto con los fuertes recortes en los servicios públicos de salud, educación, y servicios sociales derivados de las políticas de ajuste y contención del déficit público, provocan una notable merma en la calidad de vida de las mujeres. Junto a ello, el Partido Popular ha anunciado el freno al desarrollo de la ley de autonomía personal y atención a la dependencia. Estas políticas condenarán a miles de mujeres a seguir soportando las funciones del cuidado y la atención de las personas, sin que la sociedad asuma su responsabilidad en las mismas.
Por todo ello, decimos BASTA YA a que la clase trabajadora, los sectores más vulnerables de la sociedad y las mujeres paguemos esta crisis, frente a la que existen otras alternativas. Las mujeres sindicalistas gritamos alto y fuerte que estamos contra esta reforma laboral porque nos aboca a una mayor precariedad aún, nos condena a la pobreza y la exclusión, nos conduce a la imposibilidad de conciliación de la vida laboral y familiar, nos despoja de todos nuestros derechos laborales y nos deja absolutamente indefensas frente al poder absoluto del empresariado, al arrebatarnos los mecanismos de protección de la negociación colectiva y los convenios.
¡ POR LA RETIRADA DE LA REFORMA LABORAL !
SECRETARÍAS DE LA MUJER DE
CGT, COBAS, FSOC, EA-C, INTERSINDICAL CANARIA, USO-CANARIAS