viernes, 2 de diciembre de 2011

El ejército portugués dice ser servidor del pueblo, no del Estado

 
Tras el endurecimiento de las medidas de austeridad en Portugal, los militares avisan de que no reprimirán ninguna revuelta popular.
En Portugal las políticas de austeridad están llevando a la población a una situación desesperada, haciendo prever que en el país que acogió la primera de las "primaveras europeas" en la Revuelta Precaria del pasado 12 de marzo acaben estallando disturbios como los de Grecia. No obstante, y a diferencia de lo que ha ocurrido en el país balcánico, los militares portugueses se han declarado servidores de la ciudadanía y han avisado de que, en caso de producirse una revuelta, se negarán a reprimirla.

La gota que colmó el vaso: los presupuestos de 2012

Cuando, el pasado junio, Pedro Passos Coelho se convirtió en el nuevo Primer Ministro de Portugal, se encontró con una economía depauperada, ahogada por un déficit galopante y que había obligado a solicitar un préstamo de 78.000 millones de euros a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al borde del colapso, el país era, y sigue siendo, parte del cuarteto de países más desfavorecidos de la unión, lo cual obliga a mantener unas medidas de austeridad que no hacen más que empobrecer aún más a sus ciudadanos.
Lo último, la presentación de los presupuestos generales del estado para 2012, un año que verá como se aumenta el IVA una vez más y en el que, debido a los recortes en obras públicas, sanidad y otras áreas, el desempleo, actualmente situado en el 12%, aumentará. Además, los recortes en educación serán de unos 600 millones de euros - un ocho por ciento del presupuesto total del área, que es de 7.800 millones - , se aumentará la edad de jubilación en un año y se añadirá media hora diaria al horario laboral, todo ello, claro está, sin que los salarios aumenten.
 
Estas medidas, que pueden parecer similares a las aplicadas por otros países de la Unión Europea o incluso con las aplicadas en España, toman una dimensión diferente cuando se pone en su contexto y se tiene en cuenta que, desde marzo de 2011 se han aprobado ya cuatro Planes de Estabilidad y Crecimiento (PEC).

La revuelta de los militares

La Asociación Nacional de Sargentos (ANS), rechazó en un comunicado los nuevos recortes y avisó, por boca de su presidente, António Lima Coelho, que ya hace tiempo que están estudiando una serie de iniciativas, la primera de las cuales la convocatoria de un encuentro nacional de fuerzas de seguridad para el 22 de octubre en el que se decidirá el camino a seguir, aunque de entrada dejan clara su postura: "que nadie ose pensar que las Fuerzas Armadas portuguesas pueden ser usadas para reprimir la convulsión social que estas medidas provocarán".
Aunque en principio la ANS afirma comprender lo delicado de su posicionamiento en un contexto democrático en el que los militares han jurado servir las leyes de la República, ya que eso se suele identificar con una obligación de obedecer al gobierno, sin más, también recuerdan que el propio Passos Coelho afirmó en septiembre, "en la República portuguesa hay derecho a manifestación, hay derecho a la huelga y estos derechos están consagrados en la Constitución", por lo que ninguna fuerza policial puede actuar contra los ciudadanos que los ejerzan.
Declarándose dispuestos a negociar en cualquier momento, los militares, no obstante, han mandado un mensaje claro al gobierno, al que advierten de que "aquellos que piensan que pueden agitar las cosas hasta transformar el periodo que estamos viviendo en una guerra contra el gobierno cuando lo que existe en realidad es una guerra contra el atraso, la deuda y el desperdicio, sabrán que sabemos dialogar, pero también decidir".
En todo caso, no se trata de una revuelta inesperada. De hecho, los militares ya se habían mostrado contrarios al gobierno en varias ocasiones en los últimos años y recientemente se había anunciado el regreso a los salarios de 2010 para todos los miembros de las Fuerzas Armadas, un anuncio ante el que la Asociación de Oficiales de las Fuerzas Armadas se muestra indignada.

Primeras reacciones en la red

Las declaraciones de Lima Coelho han sido publicadas en la prensa lusa esta misma tarde y aún no se conocen las reacciones oficiales. No obstante, sí ha habido ya reacciones en Internet, donde el apoyo al posicionamiento de los militares es bastante generalizado, excepto entre algunos sectores para los cuales las decisiones de un gobierno que ha sido elegido por mayoría absoluta, como es el caso del de Passos Coelho, aunque esa mayoría haya sido contada sobre un número de votantes que no llegaba del 60% del electorado, son indiscutibles.
Entre los múltiples comentarios dejados por los usuarios en las escasas páginas web que, por ahora, se han hecho eco de la noticia, uno para la reflexión: "¿Fue el pueblo consultado para saber si la mayoría estaba de acuerdo con las deudas contraídas? ¿A qué se destinaron esos préstamos? ¿Tuvieron en cuenta los intereses nacionales y del pueblo portugués? ¿Quién nos prestó ese dinero sabía que iba a hipotecar nuestra existencia, o sólo estaba pensando en sus propios intereses?"
Quizás mientras el país vecino espera la reacción del gobierno ante las intenciones del ejército alguien pueda hallar respuesta a esas preguntas.


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