jueves, 28 de febrero de 2013

ROMPIENDO CADENAS. El españolismo una trampa mortal para la izquierda.

 
 
Pedro Antonio Honrubia Hurtado
 
El españolismo una trampa mortal para la izquierda.

Harto y cansado acaba uno de los discursos seudoizquierdistas que pretenden revestir de crítica al nacionalismo lo que en esencia no es más que una defensa a ultranza de la única nación que reconocen como válida y con derecho a decidir: España.
Son dogmáticos, antimarxistas, antidialécticos. Se quedaron en el siglo XIX y de ahí no pasan. Abordan sus análisis de la cuestión nacional con una sobradez y unas ganas de dar lecciones que desafía toda lógica discursiva. Abusan de su concepción preconcebida del nacionalismo y la convierten en una verdad de validez universal. Pero no nos engañan.
De entrada, cometen exactamente el mismo error que dicen criticar. Asumen una visión única de la realidad y canalizan a través de ella todo su discurso. No admiten luchas entre contrarios ni análisis de lo concreto. Simplemente equiparan en un mismo marco de actuación, de pensamiento y de acción a todo aquello cuanto huela a nacionalismo. En su delirio, equiparan el patriotismo del obrero con consciencia nacional y de clase con el patriotismo de la burguesía. A Chávez con Capriles, a Fidel con Gloria Estefan. Al nacionalismo del PNV con el de la Izquierda abertzale, al de CiU con el de las CUP, al del Partido Andalucista con el del SAT. Para ellos, todos son lo mismo.
Dicen no entender que se quieran construir nuevos estados, pero acaban remitiendo al estado español como marco de acción para la lucha revolucionaria, como único ámbito posible para poder entender la lucha del obrero, organizado, como lucha de clases dentro del estado español. Federalistas, se dicen.
Las luchas de liberación nacional son para ellos válidas en Argelia, Palestina o el Congo, pero se convierten en nacionalismo burgués si se mueven dentro de los ámbitos del estado español. Si Cuba o Venezuela abrazan su bandera nacional para defenderse del imperialismo, para combatir al capitalismo internacional, son ejemplo para la izquierda, pero si se hace desde Catalunya, Euskal Herria, Galiza, Canarias o Andalucía pasa automáticamente a ser todo lo contrario: ejemplo de lo que no debe ser la izquierda. Porque ellos lo valen.
Tejen complejos discursos sobre la naturaleza humana y remiten al internacionalismo proletario como justificador de todos sus planteamientos. Como si el internacionalismo, aquello de la unidad de todos los proletarios del mundo, anulara el hecho de poder tomar un determinado territorio nacional, aunque no estuviese reconocido como estado, como marco de lucha. Como si por sentirse miembro de una determinada nación le impidiese a uno luchar, dentro de ella, contra las imposiciones de la burguesía, nacional e internacional, en dicho territorio. Como si no se pudiese a una misma vez levantar la bandera nacional y atacar con ella a la burguesía patria.
Sus análisis son genéricos, todo lo contrario de lo que debe ser un correcto análisis marxista, que debe ir, antes que nada, a lo concreto, sin asumir prejuicios previos que puedan condicionar la forma de acercar el materialismo dialéctico a la realidad concreta de una determinado pueblo y su lucha por la liberación nacional, con la consecuente lucha de clases que, también a nivel interno, ello implica. Otorgan, porque sí, el liderazgo de tales procesos a la burguesía y arrebatan a la clases trabajadoras toda capacidad de liderar y hacer suyo el movimiento, sin más justificación que sus propios prejuicios antinacionalistas, su propio españolismo.
Dicen reconocer el derecho a decidir de los pueblos, pero se oponen a que tales pueblos puedan ejercer, de facto, tal derecho, no solo mediante las urnas, sino en el día a día de la lucha de clases, en las movilizaciones populares y los conflictos sociales y políticos del momento. Abordan la cuestión nacional, en definitiva, sobre sus propios marcos mentales y no sobre la realidad social.
Los obreros del mundo deben caminar todos juntos de la mano, defender un mismo proyecto de sociedad y un mismo modelo de mundo. Pero eso no será posible hasta que cada pueblo, cada nación, tenga capacidad para decidir libremente su futuro. Nunca será posible unir donde lo que se pretende es otorgar a unos pueblos más derechos que a otros. Donde lo que se quiere es anular los movimientos populares que alzan banderas nacionalistas mediante la imposición de una bandera estatal en nombre de una supuesta lucha de clases colectiva que ni es igual ni se da de la misma manera en cada territorio. No por casualidad hoy en día las filas de la izquierda nacionalista en Catalunya o Euskal Herria está repleta de hijos de emigrantes de otras partes del estado, ni la burguesía andaluza es principalmente de ascendencia no andaluza. Pero ellos no lo entienden.
Si la unidad proletaria es eso: que yo tenga que renunciar a luchar por defender los derechos nacionales de Andalucía, bajo un proyecto socialista y revolucionario, en nombre de una supuesta unidad de la clase trabajadora en el marco global del estado español, conmigo que no cuenten. En lo concreto, España es el rostro que para Andalucía asume el imperialismo y el capitalismo. Nunca renunciaré a levantar mi bandera blanca y verde en contra de esa España. Porque sin salir de ella, Andalucía no tiene futuro y aquí solo gana la burguesía. Si quieren unidad, que respeten nuestros derechos a sentirnos parte de la tierra que nos vio nacer y a defenderla desde lo concreto de la realidad de nuestra tierra. Si no lo aceptan, no son nuestros aliados de clase, son nuestros enemigos.
Aliados de clase son quienes no miran qué bandera levantas, sino el proyecto de sociedad que defiendes, la ideología que te acompaña y, sobre todo, los enemigos a los que, con tu nacionalismo, combates. Y con la nuestra estamos hartos de darle en la cabeza a la Duquesa de Alba, esa española. Como a la burguesía andaluza y a todo lo que huela a capitalismo en Andalucía, empezando, claro, por las diversas formas de España, monárquicas o republicanas, que nos ha tocado sufrir durante estos últimos cinco siglos de historia. A la de la conquista de Granada y a la de Casas Viejas. A la de los Reyes Católicos y a la de Azaña. Nunca ninguna quiso liberar a Andalucía del capitalismo. Todo lo contrario. Todas ellas nos condenaron, en sus proyectos estatales, a ser colonia del imperialismo.
Nuestros aliados de clase están en la ocupación de Somonte, como lo estaban en las ocupaciones de tierras en la República, se hicieran o no se hicieran con una bandera andaluza. Nuestros aliados de clases marchan por las carreteras reivindicando soberanía y acabar con la explotación del hombre por el hombre, incluso cuando, aceptando que alcemos nuestras banderas, llevan su bandera republicana o su roja y negra anarquista. Esos son nuestros aliados de clase. Los que pretenden decirnos cómo debemos sentirnos, qué banderas debemos o no debemos alzar, los que se atreven a darnos lecciones y nos tratan como si solo ellos conocieran la verdad, esos, por supuesto, no son nuestros aliados de clase, son cómplices del españolismo, son, por ende, nuestros enemigos.
Dejen ya de revestir su españolismo de marxismo, que ya los tenemos muy calados
Pedro Antonio Honrubia Hurtado

martes, 26 de febrero de 2013

¿cuál es el motivo que los españoles que viven en Canarias no asuman ni cuatro palabras del habla canaria?


Yo tuve que aprender sueco en Suecia, ingles en Inglaterra y los españoles viven más de 30 años en Canarias y no asumen ni cuatro palabras, luego dicen que son canarios, ¿cuál es el motivo? José Luis Valdés.

 

HABLA CANARIA

 – Wikipedia

 

El dialecto canario o habla canaria es la modalidad del español propia y convencional de las Islas Canarias, utilizada por los aproximadamente 2 millones de hablantes del español que habitan dicho archipiélago atlántico. Se trata de una variedad dialectal encuadrada dentro de lo que se ha llamado "modalidad atlántica", similar a las de la América hispanohablante, y también a las del sur de la Península Ibérica, especialmente Andalucía occidental.

 

El dialecto más similar al canario, dado el vínculo histórico entre ambas zonas, es el dialecto caribeño, hablado en Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, la costa del Mar Caribe: Venezuela, el norte de Colombia y Panamá. Además, léxicamente, el dialecto canario está ampliamente influenciado por el idioma portugués, del que derivan una parte importantísima de sus principales vocablos. La situación geográfica de Canarias, que ha convertido al archipiélago en un histórico lugar de paso y puente entre culturas, ha motivado la presencia de términos de origen inglés, francés o árabe, así como de procedencia americana. También los pueblos aborígenes canarios que poblaron las islas con anterioridad a su conquista dejaron su impronta en el vocabulario isleño

 

Origen y desarrollo histórico

 

El español es el idioma que se impuso en las Islas Canarias después de que se llevase a cabo su conquista por parte de la Corona de Castilla en el siglo XV, un proceso que se inició en 1402 en Lanzarote y finalizó en 1496 con la conquista de Tenerife.

 

Con anterioridad a la conquista y colonización europeas, las islas estuvieron pobladas por los llamados pueblos aborígenes canarios, conocidos popularmente como "guanches", que hablaban diversas variedades bereberes, utilizando algunos lingüistas el término bereber insular (o amazigh insular) para referirse a ellos. De estas lenguas derivan algunos términos incorporados al dialecto canario actual, fundamentalmente referidos al mundo del pastoreo, la flora, la fauna y sobre todo en la toponimia insular.

 

La primera fase de la conquista fue llevada a cabo por normandos, capitaneados por Juan de Bethencourt, quien a su vez se había hecho vasallo del rey Enrique III de Castilla. De esta presencia normanda se deducen algunos términos de origen francés incorporados al dialecto canario. Posteriormente, la corona castellana se hace cargo de manera directa del proceso de conquista, por lo que las expediciones para su conquista partieron, principalmente, de puertos de Andalucía, siendo andaluces una parte importante de los colonos instalados en las islas, por lo que sería la variante meridional del idioma español la que se impondría en Canarias tras su colonización. La colonización supone un proceso de aculturación y sustitución lingüística, desapareciendo las lenguas aborígenes casi por completo del archipiélago en dos o tres siglos[cita requerida], sobreviviendo únicamente algunos términos aparte de las referencias que encontramos en fuentes históricas como las crónicas.

 

También llegó a las islas un importante contingente colonizador procedente de Portugal, que en algunas zonas llegaba a ser bastante superior al castellano y andaluz, especialmente durante el período en que el reino de Portugal estuvo integrado en la llamada Unión ibérica. En el norte de la Isla de La Palma probablemente todavía se hablaba un dialecto insular del portugués o un pidgin a inicios del siglo XX. [cita requerida] Después del castellano, el portugués es el idioma que más vocablos ha dejado en el dialecto canario.

 

Lenguas y dialectos hablados en España.

Desde el primer viaje de Cristóbal Colón a América, que zarpó de la isla canaria de La Gomera en 1492, Canarias se convirtió en el lugar de paso entre las dos orillas del Atlántico, influyendo decisivamente las islas en la formación de algunas variedades del español habladas en América. Es importante recordar la influencia canaria en el desarrollo del español caribeño hablado en Cuba, Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana debido a los miles de canarios que emigraron a esos territorios durante la época colonial. Durante este periodo se produjeron importantes fundaciones por parte de canarios en el llamado Nuevo Mundo, como es el caso de Montevideo, en Uruguay, o San Antonio de Texas en los actuales Estados Unidos. En el Estado de Luisiana, Estados Unidos, se concentra una colonia de descendientes de emigrantes canarios, isleños que siguen manteniendo el dialecto canario como lengua vernácula. La emigración de canarios a América continuó con posterioridad a la independencia de las colonias españolas en ese continente, fundamentalmente con destino a Cuba y posteriormente a Venezuela, donde la emigración canaria se produjo hasta épocas muy recientes, los años 70 del siglo XX. Todo esto produjo una fuerte impronta cultural y lingüística tanto de Canarias sobre dichos países Americanos como a la inversa.

 

 

Opinión de Isidro Santana León

Isidro Santana León 25/02/13

Creo que no hay remedio.

Asistí a la convocatoria del 23 de febrero, en la Palaza de la Feria de Las Palmas de Gran Canarias, más que por lo que mi presencia allí pudiera tener de útil, por una cuestión terapéutica. Algunos dirán que fue un éxito la participación, valoración que es muy respetable dada la conciencia y el interés que demuestra nuestro pueblo por los asuntos primordiales para vivir con dignidad, y que yo, sin querer ser subjetivo, analizo como un estrepitoso fracaso. Puestos a estimar que la cifra de paro en Canarias supera el 32٪de la población activa, con un índice juvenil superior al 60% ; más de 300.000 parados en la nación canaria y más de 160.000 en Canarias del Este; si como dicen, los barrios populares no tienen para comer y los niños van a los colegios sin desayunar; parte de la población se muere en listas de espera de la S.S., a los pensionistas los estafan con los repagos y desatienden en sus dependencias; la educación es un caos; los impuestos indirectos y directos menguan el poder adquisitivo de los más débiles…, 4 o 5000 almas que asistieron a la manifestación es un evidente ridículo para los convocantes y un deleite para el sistema opresor español y los poderes fácticos y capitalistas que lo condicionan y dirigen. Ese mismo día de la manifestación se contabilizaron más de 300.000 personas en el carnaval del sur –no sé si en el de Maspalomas– y me imagino los tantos que dormían la resaca del viernes noche, mientras el evento político se celebraba. No obstante, todavía hay quien dice que hemos de ejercer la solidaridad con nuestro pueblo llevándole a los barrios los paquetes de macarrones, la ayuda de la Cruz Roja, de la UE o de Caritas Diocesana, reafirmándose en que esos no son actos de caridad, sino que sirven para el estímulo y la concienciación de su esclava realidad. Es manifiesto que el pueblo canario –sobre todo las nuevas generaciones– ha sido un pueblo educado en la pedigüeñería, la picaresca, la comodidad, el egoísmo y la socarronería más vil…, producto de un sistema colonial subvencionado que lo convierte en dependiente económico, psíquico y moral.
La tarde estaba maravillosa para la excursión, que me dio la impresión de parecer un entierro, donde la gente se saludaba efusivamente por el tiempo que no se veían, o se daban el pésame, más que una verdadera jornada de contundente reivindicación, tal es la respuesta que se merece la situación política y la corrupción. Atisbé muchas banderas: de los sindicatos y partidos canarios comparsas del colonialismo, la de las diferentes Mareas, y muchas republicanas españolas. Evidentemente, me sentí desubicado, pues acudí con mi bandera republicana canaria –la de las siete estrellas verdes– hasta que, por fin, logré colocarme al lado de algunos compatriotas que portaban este distintivo nacional, y que evitamos mezclar con la republicana de España, posicionándonos aparte y bajo una pancarta que decía INDEPENDENCIA: juntos en la reivindicación, pero no revueltos en la identidad. Finalizado el acto hubo paella a precio popular, pero como el arroz ya había llegado a los barios en forma de “solidaridad”, por parte de las Órdenes mendicantes, los pobres no se molestaron en bajar a comer, sino que lo hicieron en casa. La jovialidad se derramaba a raudales, y los cabecitas de ratón se hacían notar entre la clase media y nuevos ricos –ahora nuevos pobres–, algunos con aires de grandeza, creyendo, quizás, que el que estaba presente era su potencial electorado o sus seguidores ideológicos. Los poquísimos independentistas que fuimos estábamos detrás, hasta donde llega un representante de la Coordinadora Stop desahucios, quien nos pregunta: “¿Ustedes son independentistas, no?” “Sí, ¿por qué, somos tan raros?”, le respondo. “No, por lo de las banderas; además porque la independencia no es viable para Canarias, en todo caso los es para Cataluña”, afirmó convencido.
A continuación le pregunto que si en el ideario de su coordinadora, además contemplarse el alquiler social para los desahuciados por la banca, también recogen el derecho a un alquiler social para las personas que, ni siquiera, nos hemos podido hipotecar, pero que llevamos muchísimos años en lista, esperando por una vivienda social, y en la que la mayoría destinamos al alquiler más del 65 ٪ de nuestra renta total. “No, la cuestión de los alquileres no está contemplado en nuestras reivindicaciones sino para los desahuciados por la banca”, responde, rotundo. “Bueno, pero yo también, de antemano, soy un desahuciado social, y como se pretende que con dinero público se le dé respuesta a los estafados por la banca, también queremos respuesta para nosotros ¿o no dice la constitución de España que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna?, ¿o es que a mí me dejan fuera porque soy independentista?”, le digo irónico. “Nosotros no entramos en política sino en la cuestión de los desahucios”, termina, tajante… Me quedo perplejo porque el muchacho no entra en política, pero asegura que la independencia es inviable para Canarias y no para Cataluña; no entra en política, pero pide que con el erario público se sufrague los desahucios; no entra en política, pero se incomoda menos con la bandera republicana española y con los anagramas de los sindicatos que con la bandera nacional de Canarias. ¿No será la indiferencia del pueblo canario la respuesta a una clase acomodada que mientras le fue bien, compraron “pirámides y sarcófagos”, le importó una mierda la situación de los más pobres y la tienen identificada, más que por el descrédito que les da el gobierno fascista del PP, por la observación y la memoria? Espero que no sea así. Lo que sí recuerdo es que los principios, la ética y la cordura se fueron pa´ el carajo cuando apareció la pasta, y que los sindicatos se convirtieron en meras gestorías que consiguieron aburguesar a los trabajadores. Igual que en Guanarteme, cuando las expropiaciones, todo aquel que le tocó el tiralíneas del derribo se hizo revolucionario, pero, cuando salvaron sus casas, siguieron votando a los mismos tiranos. No quiero ser perverso porque tengo muy cerca una situación calamitosa y, por ende, dolorosa, pero, pregunto: ¿no es cierto que el monstruo lo han mimado y alimentado entre todos mientras le daba calorcito…? ¡A ver como coño lo matamos! Yo sigo diciendo que, en Canarias, con la independencia.

jueves, 7 de febrero de 2013

Fascismo de sitcom

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*El objetivo

“El hombre nuevo está más allá del hombre normal. El hombre nuevo está más allá del cansancio de las piernas... El hombre nuevo está más allá del cansancio de los pulmones, más allá del hambre, más allá de la lluvia, más allá de los zancudos, más allá de la soledad. El hombre nuevo; el hombre que da más a los hombres que lo que el hombre normal puede dar a los hombres."
La montaña es algo más que una inmensa estepa verde.
Omar Cabezas
miércoles, 6 de febrero de 2013

Fascismo de sitcom

Y aunque trata de la realidad atenazante del estado español…, estas líneas bien valen para extrapolarlas allá donde la burguesía tenga el poder y el control del estado, aunque se diga de ‘izquierda’…


Por Daniel Bernabé

Muchos análisis caracterizan esta crisis no sólo como una crisis económica, sino también de régimen. Una crisis que debido al impacto que está teniendo en la vida cotidiana de muchas personas hace que estas se empiecen a plantear todos los ámbitos que conforman este modelo social: la organización económica, la estructura política, el carácter de la democracia, e incluso todo el andamiaje cultural o de valores. Esto es cierto, pero sólo a medias.

Es cierto en cuanto a que esta crisis revela la verdadera naturaleza del capitalismo decadente y ruinoso de principios de Siglo XXI, un sistema incapaz de desarrollar ninguno de sus factores productivos, abandonado a la ruleta especulativa que enriquece enormemente a unos pocos y condena a la miseria al resto.

Pero este análisis de crisis como fin de régimen no es cierto en cuanto a que aún la mayoría de la población no lo percibe como tal. Han hecho falta cinco años para que el descontento empiece a aflorar, un descontento con una naturaleza parcial y estanca. Un día abren el telediario unos señores estafados por las preferentes; otro día unas señoras enfadadas porque les cierran el ambulatorio de su pueblo; unos obreros despedidos por esa estafa llamada ERE para al minuto siguiente ver como cubren sus puestos con trabajadores precarios. Los ejemplos son cientos y reflejan el ambiente de enfado y descontento, pero sobre todo de desorientación, algo así como una pesadilla que, aunque cerremos los ojos muy fuerte, no desaparece al abrirlos. El descrédito de la izquierda reformista (la que acepta el capitalismo como sistema menos malo); la incapacidad de la izquierda transformadora para adaptar su análisis y acción a la fragmentación de la clase obrera; y sobre todo, un tenaz y refinado sistema de control ideológico que hizo olvidar a los trabajadores quién son ellos y quién su enemigo; explican esta situación por la que el enfado no se transforma en ideología liberadora, por la que no se establecen relaciones entre las causas y los efectos y todos los problemas permanecen fraccionados sin encontrar complicidades.

Sin embargo hay una idea que sí ha tenido un éxito completo en este entorno (se ha asumido como propia y se replica constantemente a sí misma). La idea de la clase/casta política. Esta idea básicamente opone esa abstracción llamada ciudadanía frente a los políticos. Viene a decir que los políticos son los culpables máximos de la situación, que sus intereses propios son los que nos han llevado a donde estamos.

Que esta idea haya tenido tanto éxito tiene diversas explicaciones. La primera de ellas es el bajo nivel político general de este país y la cobardía inmensa -arrastrada como una rémora desde el franquismo- de hablar de política en público. Es una idea de fácil aceptación en la barra del bar; bravata que no nos compromete con nadie y nos hace parecer gente preocupada por la situación que nos rodea. No hace tanto, quien se atrevía a hablar en público de política desde unas posiciones de izquierda que no tragaba con aquella gran estafa del milagro económico español (ese ladrillazo en el que usted, querido lector, fue víctima propiciatoria) era tratado como poco con extrañeza, cuando no con hostilidad.

La segunda causa del éxito de esta idea es que ha sido replicada desde la ultraderecha populista (donde nace, busquen el libro que acaudilla el término) hasta por sectores del 15M, sobre todo en aquel primer momento -el más masivo- donde lo que parecía importar, más que la pedagogía política de explicar por qué estamos en este desastre, era crear una catarsis que diera salida al descontento para que no fuera una amenaza real para el sistema. Es decir, el constructo casta política se ve apadrinado por campos aparentemente antagónicos, lo que le da una imagen de globalidad para la sociedad que lo adopta.

El tercer elemento que explica el éxito de esta falacia es en apariencia el más obvio: el carácter profundamente inútil, corrupto y procaz de la mayoría de políticos nacionales, autonómicos y municipales. La crisis ha servido como desmaquillador para esos cargos públicos electos que decían preocuparse por los “currantes”, esos hombres llanos que un día ponían los pies encima de la mesa de la Casa Blanca y al siguiente echaban una partidita de dominó con cualquier paisano.

Los que nos oponemos frontalmente al término de casta política, no lo hacemos porque defendamos a Bárcenas o a Rato, sino porque sabemos que esta idea es inútil, en cuanto a lo que pretende criticar, e interesada, ya que oculta a los verdaderos responsables de la crisis.

El concepto de clase política es una de esas ideas impuestas que, sin tener base real, han tomado la realidad misma. Una clase es un grupo social que tiene unos intereses propios en base a su relación con el sistema económico. Esa clase puede mutar, tener subdivisiones, adoptar otras formas, pero siempre que mantenga los intereses y la relación, seguirá existiendo. Y los políticos no son todos iguales, ni tienen intereses propios, ni tienen una relación directa con el sistema productivo. La primera idea nos va quedando clara, ¿verdad? Los políticos no son una clase social en sí misma.

“Hoy, el poder público viene a ser, pura y simplemente, el consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa” decían Marx y Engels en el Manifiesto Comunista escrito en 1848. Como ven lo que ocurre no es nuevo. Esta es la idea principal. No existe clase política, lo que existe es una mayoría de políticos y una mayoría de partidos que pretenden legitimar un sistema económico injusto y voraz con algún tipo de sistema electoral y parlamentario. Que legislan no de acuerdo a sus intereses (y por supuesto no de acuerdo a los intereses que dicen defender) sino a los intereses de sus jefes: los grandes empresarios y los banqueros, fundamentalmente.

De aquí podemos extraer decenas de análisis concretos. Por ejemplo, en la tan de moda corrupción. Si se fijan, desde los grandes medios se insiste en el carácter individual del asunto, en la manzana podrida, en el malvado metido a político. Nada más lejos de la realidad. La corrupción bajo el capitalismo es sistémica, es decir, es el capitalismo quien necesita a la corrupción para funcionar. ¿O para qué creen que sirve el dinero de los sobres? Para obtener jugosos contratos públicos, leyes favorables, tratos de favor. Bien es cierto que existen países donde la corrupción es más sibilina, donde el poder sabe lo importante que es mantener su apariencia de legalidad para conservar la legitimidad a ojos de la gente. O países donde directamente la corrupción se ejerce de forma legal mediante la forma de lobbys de presión o financiación de candidatos presidenciales.

De ahí la inutilidad del movimiento ciudadanista o de profundización democrática cuando sólo se queda en aspectos técnicos (sistema electoral, democracia directa, asamblearismo, sin duda importantes) y rehúye la crítica global del sistema económico-político. Las desigualdades no surgen de las decisiones políticas, sino que determinados políticos son los ejecutores de las necesidades del poder económico. Así, por ejemplo, la privatización de la sanidad no es un capricho de Güemes, sino que este ejerce de mamporrero -de pelo absurdamente frondoso y brillante- para los inversores que posiblemente apostaron por él. Esto tiene su efecto en las protestas: si nos fijamos se rodea el congreso pero no la sede de la CEOE o de Goldman Sachs. ¿Ignorancia o desvío de la atención? Algunas veces parece que seguimos teniendo ese carácter infantil que nos hacía gritar al lobo del guiñol, cuando la verdad es que detrás del lobo había una mano que lo manejaba.

Por otro lado, esto de la casta política, en un momento de crisis, sirve para que opciones políticas con tradición de combatividad y postulados actuales anticapitalistas no crezcan, o al menos no lo hagan lo suficiente. Porque sí, porque todos los políticos no son iguales. Porque decir que Montoro y Alberto Garzón son lo mismo es una canallada política; porque decir que las CUP y CIU son lo mismo es grotesco; porque meter en el mismo saco a Tania Sánchez Melero y Ana Botella es terrorismo intelectual. Y la cuestión, no es siquiera las personas individuales -aquí es como en la corrupción pero justo a la inversa- es entender que hay organizaciones políticas que responden a unos intereses diferentes de los del poder económico. Es comprobar cómo la dialéctica entre los trabajadores y sus organizaciones se demuestra cierta, y cuanto más avanza el combate, la protesta y la manifestación social, más espacio hay para alternativas políticas que respondan a ese movimiento. Podríamos decir que mientras que las organizaciones de izquierda son máquinas (mejor o peor engrasadas, ese es otro tema) para la lucha política de los que menos tienen, de los de abajo, de los trabajadores, los partidos de derecha son cáscaras huecas sustituibles según sea oportuno (Francia es un buen ejemplo de esto).

Lo fundamental es entender, por nuestros intereses, que no se trata de clase política y ciudadanos, se trata de diferentes clases de políticos y diferentes clases de ciudadanos; ciudadanos con intereses contrapuestos: unos tienen el poder económico y otros la fuerza de trabajo; unos la necesidad de explotar a los otros para mantener sus niveles de vida escandalosos y otros de librarse de esa explotación para tomar las riendas de sus vidas.

Llegados a este punto deberíamos hacernos la siguiente pregunta: ¿lo de la casta política es producto de la confusa situación de indignación o hay algo más detrás?

Partiendo de la base de, como he dicho antes, que el nacimiento del término tiene lugar en esas sacristías de la reacción que son los medios ultraderechistas, y que sus voceros no tienen reparo en hacer uso del término una y otra vez, deberíamos empezar a sospechar lo peor. Y no sólo en el sentido del interés de alimentar la confusión que evite que la izquierda transformadora crezca.

(…)

Cuando las cosas empiezan a ir mal para el cascarón vacío que utiliza el poder para llevar a cabo sus propósitos, ya tenemos el caldo de cultivo para que nos impongan una tecnocracia desde la Troika; o remozar al PP al modo (aún más) ultra (o en serio piensan que Pedro J., uno de los personajes más oscuros y dañinos de este país, ha destapado lo de Bárcenas por su espíritu democrático…); o bien apostar por una tercera opción comodín como puede ser UPyD.

¿Qué es UPyD sino un cascarón vació donde cabe todo? UPyD puede ser el recambio del PSOE si este se acaba de desplomar definitivamente, UPyD puede ser el recambio del Partido Popular si es imposible mantenerlo por el desgaste de la crisis o la escandalosa financiación ilegal. O incluso UPyD puede ser ese fascismo de rostro amable con actor cabeza-hueca pero atractivo para el público, que diga esa frase de: “En este país lo que hace falta es mano dura y orden” aprovechando las contradicciones con la burguesía de derechas nacionalista del PNV o CIU. Nunca se fíen del “no somos de derechas ni de izquierdas”, los fascismos empezaron igual.

El fascismo no es otra cosa que la respuesta desesperada de la burguesía ante la posible revolución. Esto es, antes de perder sus privilegios prefieren otorgar el poder a esa alternativa populista que les despega de la culpa y que instaura el sistema de la dialéctica de las pistolas. O dicho de otra forma, la democracia que vivimos, esa que otorga el voto al vagabundo que se muere de hambre, les vale mientras que salgan los partidos que defienden sus intereses; cuando ven peligrar su modo de vida, no tienen ningún pudor en financiar otra opción que les permita seguir conservando su riqueza aunque sea en base a cargarse su legitimidad -y la libertad y la vida de muchos-.

¿Exageración? Miren a Grecia y su Amanecer Dorado y la connivencia con el PP griego, la policía y el ejército. Ya buscaremos luego la cabeza de turco para justificar las medidas “excepcionales”: los inmigrantes, el paro, algún “estado terrorista” de la orilla sur del Mediterráneo… Lo que sea. Que nadie se espere un general de bigote afilado y mirada torva: el fascismo del siglo XXI será un fascismo con rostro de sitcom.

A mí me parece estupendo dar caña al bipartidismo, principal mediador político de la situación de herrumbre de este país; o al sistema institucional, un mero aparato para salvaguardar los intereses de clase de la burguesía. Me parece genial destapar de una vez por todas esa mentira llamada “ejemplar” Transición, donde unos lo cedieron todo y otros casi nada. Pero me parece estupendo siempre que esta crítica -despiadada si es necesario- vaya unida indefectiblemente al sistema económico del que surge toda la desigualdad criminal: el capitalismo.

Lo otro, lo de la casta política, al final vale para leer aberraciones tan grandes como proponer como salida a esta situación “Una Constitución cuya redacción sea tutelada, si es necesario, por juristas constitucionalistas de los EE. UU. y la Unión Europea. Si no sabemos hacerlo mejor, pidamos ayuda a aquellos que sí saben” (Cristian Campos, El Virus se extiende, Jot Down) y que decenas de miles de lectores lo aplaudan enfervorecidos, sin darse cuenta de que precisamente esa es ya la situación actual: nuestra soberanía económica es dictada a manu militari por la mafia financiera internacional, y su representación institucional, llamada Troika.

Nunca me he fiado de los advenedizos, ni de la gente que se da golpes en el pecho con el palillo en la boca, ni de los que dicen “verdades como puños”. Y lo de la casta política es eso, alimento putrefacto envenenado por el apoliticismo.
Lo único que nos queda, en un momento tan jodido como este, es el análisis, la ideología, la organización. El espíritu sumamente crítico incluso con lo que parezca indignación, porque quizá, precisamente por ahí, es por donde intentarán colarnos a los nuevos camisas pardas.

Tiempos de Furia

lunes, 4 de febrero de 2013

Miguel Ángel Díaz Palarea, Canarias pudo ser una colonia inglesa.

 




Muchos canarios se preguntan qué hubiera sucedido en el supuesto de que los ingleses hubieran arrebatado a España Las Islas Canarias, su colonia en África , y. por ello, quiero recordar lo que sucedió entre el día 21 y 22 de Julio de aquel ventoso mes de julio de 1797. Bebo de las fuentes de los no suficientemente valorados doctores Don Antonio Rumeu de Armas y Don Alejandro Ciaranescu; sin olvidar, historiadores inglesas y francesas por la implicación de sus países en aquel acontecimiento.
EL ATAQUE DE NELSON POR EL MUELLE.
“Tomaré el mando de todas las fuerzas destinadas a desembarcar bajo fuego de las baterías de la ciudad y mañana probablemente será coronada mi cabeza con laureles o con cipreses”
Carta de Nelson a Jervis, tras fracasar en el primer intento.
A pesar de los contratiempos y del claro fracaso de los días anteriores Nelson no cejó en su empeño de hacerse con el puerto de Santa Cruz de La Laguna. No tomó ventaja de su condición de contralmirante y se dispuso a personalmente comandar a sus hombres en la que sabía era la opción más arriesgada en caso de ser descubiertos ante de tomar tierra.
En la derrota anterior tuvo un papel relevante el pueblo llano, como nos empresa Valverde;
“…y no habiendo bestias para que condujeran el agua a nuestros tropa, que era lo que mas apetecían por el mucho calor, se ofrecieron las mujeres que tienen el oficio de aguadoras en el pueblo a conducirlas sobre sus cabezas, por un cerro tan pendiente y áspero que ninguna había transitado; luego que condujeron la agua se personaron a llevar canastos de fruta, pan y demás socorros…”

El contralmirante ordenó a las lanchas partir al unísono precedidas por el Cúter Fox; deberían acceder a tierra más o menos al mismo tiempo. Apelaba a la oscuridad de aquella ventosa noche para evitar ser descubiertas y quedar a tiro de la plaza, Nelson ordenó forrar con lonas los remos para evitar el ruido al bogar sobre el encrespado mar tomado por una resaca a que nos tiene acostumbradas las islas en los ventosos meses de Julio.
Las fuerzas invasoras se organizaron en seis divisiones. Una de ellas la comandaba personalmente Nelson, acompañado de su hijastro Nisbet. Pocos días antes, el 21 y 22 de julio, había fracasado en su intentó de hacerse militarmente con la fortificación Central; se debió aquel intento por la fiera defensa de los Nivarios; es importante dejar constancia de la participación del pueblo llano en este importante acontecimiento. Los planes de Nelson cayeron por tierra al no po0der acallar desde la altura la defensa de la fortificación de Paso Alto como tenía previsto. Pero es que ni siquiera logró poner en práctica su plan de enviaba a un parlamentario Troubridge del Culloden que exigiera al General Gutiérrez la rendición del castillo. Su comandante en tierra portaba una carta de intimidación escrita personalmente por el propio Nelson. Amenazaba, en caso de negativa, con atacar directamente el Castillo; las tropas desembarcadas caerían sobre la fortaleza. Contaban con la ayuda de una andanada de cañonazos de su flota alienada, en formación de combate, a pocas millas de la plaza.
A las 21 horas del día 24, según lo previsto, unos 700 hombres embarcan en los 29 botes, 180 en el cúter Fox y 80 en el barco apresado el día antes a los nivarios en aguas próximas a la bahía. Nelson contaba con seis divisiones, mandados por los siete capitanes de la escuadra, y se repartían en decenas de lanchas, iban provistos de sables, hachas, sierras y escalas para el asalto del castillo, además de cañones de campaña. Las once de la noche fue dada la señal. A la una y media de la madrugada habían llegado a distancia de una mitad de tiro de cañón del martillo que formaba el extremo del muelle, sin que nadie los hubiera descubierto. Pero se rompió la sorpresa cuando las defensas les otearon poquito antes del desembarco en el pequeño muelle.
El General Gutiérrez ordenó la bienvenida con el fuego de cañones de las baterías desplegadas de un extremo a otro de la playa que encendieron el cielo con su ensordecedora metralla. Casi al mismo tiempo, las lanchas tuvieron que separarse por el viento racheado y las corrientes cambiantes. Sólo algunas supieron mantener su rumbo en dirección al muelle, pero la mayor parte de las lanchas fueron arrastradas por el fuerte oleaje más allá, en dirección SO.
La ventolera era tal y las corrientes arreciaban con tanto vigor que la lanchas invasoras se dividieron en tres grupos de asalto: uno que alcanzó su objetivo en el muelle, otro grupo que, a duras penas, pudo tomar tierra al sur de la caleta de la Aduana y el tercero que fue arrastrado por las corrientes marinas todavía más al sur, casi a la desembocadura del barranco de Santos. En resumidas cuentas sólo cinco lanchas consiguieron llegar al muelle y playas contiguas.
A eso de las 2,30 horas de la madrugada los defensores del Casillo de San Miguel al mando del subteniente D. José Marrero y con algunos franceses del bergantín La Mutine con su capitán Monsieur Ponmiés y Mr. Faust, que estaban en el castillo como agregados, advierten la proximidad de botes ingleses y el propio D. José Marrero con una bocina grita al barco inmediato La Princesa, que estaba en la bahía, dándoles el aviso y también para la noticia a la Batería de Santa Teresa que estaba a su derecha, (cuyos artilleros Francisco Borges, Francisco Días, Antonio González, Nicolás de la Rosa y José Chitz), y estos a su vez a los de la Batería de San Antonio y así sucesivamente a toda la cortina abren fuego con los cañones de las distintas baterías y castillos, así como la fusilería desde las casas próximas.
El contralmirante tuvo que acomodarse a los acontecimientos adversos. Confiaba en la destreza y pericia de los marinos a sus órdenes capaces de todo para obtener la rendición de la villa. La resaca acrecentaba por instantes y desmembraba a un más a los invasores ingleses. Los recién llegados no esperaban el bautizo de pólvora y llamas que les deparo el ser descubiertos antes de lo planeado. Era un infierno, desde la fortaleza y el muelle, desde la muralla, la plaza y hasta desde las ventanas de las casas que miran al mar les dieron leña sin cuartel, los canarios no estaban dispuestos a ceder ante una flota invasora que amenazaba sus vidas; una ola de patriotismo rondó por la villa, algunos se aprestaron a la defensa con lo que hallaron a mano, rozaderas, horquetas, hachas, podotas y cualquier objeto punzante; sin embargo, otros amedrentados corrieron temerosos por sus vidas al interior de la isla, incluso a sabiendas de la orden del General de pasar por las armas cualquier desertor.
EI grupo de lanchas que logró llegar al muelle sufría severas pérdidas. En el muelle, apostados tras cualquier parapeto, los esperaba una muchedumbre de paisanos y milicianos, que salían a defender la villa. Muchos nivarios, milicianos y paisanos, se lanzaban al ataque directo contra los marinos desembarcados sin miedo por su pellejo, el cuerpo a cuerpo regaba de sangre el desembarco y endulzaría el estómago de los peces de la bahía. El capitán Thompson y los hombres de las dos primeras lanchas fueron los primeros en poner sus botas en la escalera de acceso al muelle, lo hacían a cuerpo descubierto. Muchos marinos caían muertos a sus pies acribillados a balazos que les propinaban los defensores. A las dos primeras les seguía una tercera lancha repleta de invasores y a esta una cuarta donde llegaba precisamente Nelson. Freemantle, Richar Bowen y los hombres de cinco lanchas logran desembarcar en el muelle con más de cien atacantes no fue suficiente la tormenta de fuego para cortarles el acceso a la villa. Los marineros bogando con vigor se esforzaban contra las inclemencias del tiempo, la resaca propia del mes de julio les dificultaba el acceso al desembarcadero, remaban contra la corriente, gritando y maldiciendo hasta dejar sus embarcaciones junto a la escalera del muelle; el primero en asirse fue Bowen, le siguió Freematle y cuando ambos se disponían a tender la mano al contralmirante para ayudarle a desembarcar, con gran pesar, le vieron mal herido entre los doloridos brazos de su hijastro Nisbet.
Entre fogonazos, estampidos y reventones de metralla Nelson casi alcanzaba con su bota militar el suelo nivario, llamado así por la nieve que cubre el Teide. Cuando se dispone a poner su pie en tierra blandiendo su espada en alto, recibió un certero disparo que le hirió de rebote con un casco de metralla en el brazo derecho, a la altura del codo. El valiente militar pretendió asir, de nuevo, la espada pero se desprendió de su mano yerta para ir a caer en el fondo de la embarcación. A duras penas Nisbet reclinó a su padrastro cuidadosamente en el fondo de la lancha, le cubrió el brazo con el bicornio para evitar la impresión que la sangre que manaba a borbotones producía en su ánimo y se dedicó a taponar las venas del almirante con jirones de tela de uno de los marinos que le acompañaba; dada las órdenes precisas la lancha se dispone a retornar a la flota que se parapetaba frente a la bahía y se aparta tambaleante de la escollera del muelle; si la suerte le dio la espalda a Nelson en aquella noche, el inglés también pudo observar, con el alma encogida, como el cúter Fox, conducido por el teniente John Gilson, recibía un certero disparo en la misma línea de flotación procedente del Castillo de Paso Alto y el mar lo inundó, casi lo tragó en un eructo burbujeante; al mismo tiempo que otros cañones de San Pedro y de las baterías de la izquierda lo martilleaban con tal precisión que con un relincho se lo zampo el mar, previa una explosión que lo lanzó por los aires como un tizón encendido ante la satisfacción de los artilleros que victorearon por el pepinazo que hundió el cúter invasor. Murió preso del dolor su comandante desmembrado por la metralla y, al menos, 97 de los 180 hombres que el cúter acarreaba a tierra aquella desventura noche, uno por los disparos y otros heridos perecieron ahogados en las aguas revueltas de aquella noche sangrienta. Pero todo no estaba perdido para el inglés que llegó a Nivaria a dar un patada en el culo al rey español en el culo de los canarios.
Los invasores que, entre fogonazos de metralla, han logrado desembarcar clavan sus cañones corriendo a toda prisa y se parapetan en la Casilla del resguardo, recibiendo fuego cruzada que provenía de cualquier lugar de la costa. Fundamentalmente de la artillería del Castillo de San Cristóbal y de la batería de Santo Domingo. Los nivarios, aquella aciaga noche, iluminada por la metralla les saludan con los 67 cañones que cubren el frente de Santa Cruz. Los milicianos desplegados y emboscados en la Alameda de la Marina les asechan, les esperan ocultos en la penumbra, por instantes, iluminada. Se abren paso los desembarcados incluso luchado cuerpo a cuerpo con los milicianos que se abalanzan, sin cuartel, contra los invasores. Caen muertos Richard Bowen que meses atrás avergonzó al general Gutiérrez robándole una fragata con su cargamento y también, sucumbió el comandante de la fragata Terpsichore y los tenientes Thorpe, Earnshaw, Weerterhead y John Baishar; muchos paisanos también sucumbieron en aquella hora de lucha frontal y sin cuartel.
Nelson regresa al Theseus gravemente herido en su brazo derecho, en la semiinconsciencia se creyó perdido, desde lo alto se veía en los brazos de su hijastro Nisbeth que lo acostaba en el fondo de la lancha y con tiras desgarradas de la camisa de uno de sus marineros de ojos asombrados vendaba fuertemente su brazo para parar la hemorragia. Apretaba el torniquete más arriba del codo derecho para impedir que se desangrase por la herida abierta. Mientras tanto, la lancha había emprendido el regreso para conducirle a bordo del Theseus. Nelson seguía aturdido por el dolor y la pérdida de sangre, pero no lo suficiente para dejar de dar órdenes de ayuda a los náufragos del cúter Fox.
Lo condujeron al Theseus, donde lo izaron, no sin dificultad, por medio de una cuerda arrollada alrededor del brazo válido. Digno y haciendo acopio de sus últimas energías rechazó cualquier otra ayuda. Una vez en cubierta, el cirujano francés acabó con un serrucho la obra empezada por la metralla canaria. Cercenó la carne y el húmero, hasta desprenderlo del brazo con el mismo sonido con que se corta una rama del tronco central. El francés mancó por lo sano para evitar infecciones y cangrenas; ligó como pudo las venas y las arterias del muñón y el serrucho le sirvió para seccionar el hueso ante los ojos espantados de los presentes que le acompañaban en aquel penoso estado. Todas las amputaciones tienen mucho de carnicería y el cirujano de matarife, pero aquélla fue de verdad una auténtica masacre, dolor, carne y huesos desmembrados y sangre a mansalva. Nelson soportó la operación con ejemplar entereza y, cuando se le preguntó qué se había hacer con el brazo separado, dijo con sorna que lo tiraran al agua, en el mismo saco que cubría el cadáver de uno de sus hombres, flotó por un instante y se hundió con cautela en las aguas de Nivaria mientras los fogonazos recordaban que en tierra la lucha sin cuartel proseguía. Recordaba ahora a su padre pastor protestante en su parroquia repartiendo consejos; el dolor en su rostro de su progenitor al perder 8 de los 11 hijos que tuvo sin manifestar una queja a su Dios que se lo llevó; volvió a conformarse y balbuceó:
-Yo, al menos, me he aproximado a los cuarenta años; años que mis pobres hermanos ni siquiera pudieron disfrutar.

domingo, 3 de febrero de 2013

NOS DEJÓ UN AMIGO Y COMPAÑERO REVOLUCIONARIO Miguel Ángel Díaz Palarea


 

 
José Luis Valdés

NOS DEJÓ UN AMIGO Y COMPAÑERO REVOLUCIONARIO


En la soledad de un apartamento en Suecia, mirando la nieve desde mi ventana me encuentro  recordando los buenos ratos y las batallitas compartidas con mi viejo amigo Miguel Ángel.

Hace un par de horas que me he enterado que mi amigo Miguel Ángel Díaz Palarea,  tras una larga enfermedad ha terminado por dejarnos. A “Miguelange” (como lo conocíamos los amigos)  acostumbraba a verlo durante mis vacaciones en La Laguna, en el Bar de Benjamín, en la Fiesta del Cristo o en la Romería de San Benito, donde lo pasábamos hablando de política y de futbol.

Lo conocí en el año 1977 y enseguida simpatizamos ya que tanto él  como yo, coincidíamos bastante desde el punto de vista ideológico, Él era independentista de izquierda (no dogmático) y entremezclaba el marxismo con planteamientos libertarios, con cierto humanismo cristiano. Podría decir que fue él y Pedro Brenes los que me convencieron en aquella época para afiliarme  a la CCT. Yo  aprovechaba mi periodo de vacaciones en Canarias para echarles una mano en el trabajo sindical.

La trayectoria militante de lucha obrera social y sindical de Palarea, unido a su firme compromiso con la independentista de Canarias le cerró muchas puertas, pero abrió muchos corazones.

Miguel Ángel además de ser un buen abogado obrero revolucionario, era a la vez un pintor polifacético y escritor, que  escribió muy buenos libros, de los cuales conservo la mayoría de ellos. 

Durante la represión de los años 70 desatada por los testaferros del colonialismo español en Canarias contra los independentistas y en particular contra llos trabajadores organizados en la CCT,  fue detenido junto a otros compañeros, lo que les obligó con todas las consecuencias a ponerse en huelga de hambre, hasta conseguir la libertad. Este ejemplo de valentía es suficiente para entender el carácter revolucionario y comprometido con la independencia y la lucha social del amigo Palarea.

Podría pasar el día escribiendo aspectos positivos que recuerdo del amigo Miguelange, pero en este momento de pena, solo deseo que descanse en paz y trasmitir mi pesar tanto a su compañera sentimental, como a sus familiares, amigos y a mi pueblo canario por esta gran pérdida.

 
Suecia a 3 de julio de 2013

 
CANARIAS INDEPENDENCIA Y SOCIALISMO

sábado, 2 de febrero de 2013

Dentro del sistema no hay solución y el único camino válido es la REVOLUCIÓN

Es imposible permanecer impasible ante la corrupción mafiosa que practica el PP. Dentro del sistema no hay solución y el único camino válido es la REVOLUCIÓN
Francisco Javier González
“Après moi, le déluge”
expresaba Luis XV, pero no fue el diluvio lo que vino después. Perdió –literalmente- la cabeza y dio paso a la Revolución Francesa. El carpetovetónico PP va camino de perder su cabeza -el Sr. Rajoy- y dar paso a lo más parecido a una revolución que podemos imaginar. Razones no faltan. Un partido, el PP, que tras una campaña electoral llena de promesas que sabía no iba a cumplir, mintiendo bellacamente a toda una población, desarrolla su actuación política mediante la permanente agresión a las capas populares, destruyendo cuestiones tan básicas como sanidad, enseñanza, dependencia, cultura, investigación, seguridad laboral, desarrollo....con tal saña que tendrá incluso que alterar ligeramente su nombre añadiéndole el prefijo “im” a lo de popular, bien merece que estas capas agredidas de la población protagonicemos una verdadera revolución.
No les basta con destruir todo un modesto “Estado del Bienestar” que con la dura lucha de muchos años de las clases explotadas habíamos conquistado. Nuestro aplastamiento, nuestra derrota, tenía que ir acompañada del enriquecimiento personal de pícaros, lambidos y trapisondistas. Los pobres cada vez más pobres y expoliados y los ricos, esa exigua minoría, cada vez más ricos y prepotentes. Bancos y banqueros que habían actuado como vampiros chupasangre de muchos modestos ahorros, macroempresas de constructores que enladrillaban el estado al cobijo del total desamparo en que la Ley del Suelo de Aznar y las corruptelas de muchos municipios colocaron al territorio, presidentes -corruptos y corruptores- de asociaciones empresariales y toda una imprescindible caterva de politicastros corrompidos -a los que llamar “políticos” es un insulto a esa palabra- son la despreciable categoría que nos ha conducido a esta penosa situación y que ahora protagonizan un episodio que parece rememorar las hazañas de la mafia con el cumplimiento férreo de su Ley de Omertá.
El Sr. Rajoy, ejerciendo del cervantino personaje Monipodio, rige ahora su patio en que cuando Rinconete le pregunta a su guía ¿Es vuesa merced, por ventura, un ladrón? le responde el guía “Sí, para servir a Dios y a las buenas gentes”. Esos guías introductores al Patio de Monipodio, sede de todos los tunantes, estafadores y malandrines de Sevilla, trasladados a todo el Estado Español podrían hoy llamarse Bárcenas, La Puerta, Gürtel, Camps, Matas.... o podrían llamarse Urdangarín o llevar como apellido Borbón pero no podemos olvidar que no hay corruptos sin corruptores atrincherados tras empresas “solventes” y de “éxito”, con conocidos nombres como Sacyr-Vallehermoso o Mercadona o enmascarados tras siglas sugestivas como FCC y OHL y sugerentes apellidos como Villar Mir, Cotino, Mayor Oreja...
Si el panorama metropolitano lo extrapolamos a esta colonia africana de Canarias no es menor la desolación y el pillerío. “Casos” de sonoros nombres como Eolo, Góndola, Faycan, Canódromo, Aeromédica, Unión, Europa, Gran Marina, Fonsecas, ICFEM, Lopesan, La Favorita, Las Teresitas, Varadero, Tindaya, Tebeto.... y a su socaire una parranda de tunantes campando a su antojo que nos rodean por doquier disfrazados de probos ciudadanos bajo el amparo de un ineficaz y débil gobierno pseudonacionalista.
Frente a este panorama, que no tiene salida dentro de este sistema expoliador capitalista, en que el partido que gobierna el Estado se desmorona por su putrefacción interior, la oposición posible carece de la fuerza necesaria para sustituirlo y en que la misma jefatura del estado está moralmente incapacitada para servir de regulador ético, pienso que solo queda un camino: una revolución que recupere la ética colectiva y la dignidad de la política y, para nuestro caso canario concreto, que además de la dignidad y la ética suponga conquistar la descolonización y la independencia.
Gomera a 1 de febrero de 2013
Francisco Javier González

viernes, 1 de febrero de 2013

Exrelator de ONU critica reconquista neocolonial de Francia en Mali

PRENSA LATINA

Exrelator de ONU critica reconquista neocolonial de Francia en Mali
Escrito por Harald Neuber
25 de enero de 2013, 13:20Por Harald Neuber

Imagen de muestraBerlín, 25 ene (PL) El exrelator Especial de ONU para el Derecho a la Alimentación entre 2000 y 2008, Jean Ziegler, reprochó a Francia tener motivos económicos en su intervención militar en Mali.
"Existe la sospecha de que se trata de una reconquista neocolonial", dijo Ziegler en la entrevista exclusiva con Prensa Latina en Berlín.

El sociólogo y profesor emérito de las universidades de Ginebra y La Sorbona de París señaló que el conglomerado francés y líder mundial en el sector de la energía nuclear AREVA explota los yacimientos de uranio en Mali y el vecino país Níger.

"AREVA es de interés vital para Francia, que produce la mayoría de su electricidad en plantas nucleares", agregó el intelectual, a la par que demandó una "ruptura definitiva con esta herencia neocolonial" que domina las relaciones económicas entre la nación europea y los países africanos.
Según el también vicepresidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el consorcio estatal AREVA tendría que pagar "un precio razonable para el uranio".

En este caso, ya no habría hambre ni epidemias en un año, dijo. "Entonces, Malí y Níger podrían crear estados florecientes".

Ziegler ve en los estados occidentales los "principales responsables para la situación horrible" que sufre Mali.

Este país en África occidental constituye hoy día uno los estados más pobres del mundo, a pesar de que posee de increíbles recursos naturales como uranio y oro, explicó.

Solamente un cuarto de las mujeres están en condiciones de amamantar sus bebés y el 62 por ciento de la población está desnutrida, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, añadió.