lunes, 24 de marzo de 2014

L@S QUE LLORAN HOY AL FALANGISTA DE SUÁREZ HAN DICHOS ALGO ANTE LOS ASESINATOS OCURRIDOS DURANTE LA TRANSICIÓN-TRAICIÓN?


L@S QUE LLORAN HOY AL FALANGISTA DE SUÁREZ HAN DICHOS ALGO ANTE LOS ASESINATOS OCURRIDOS DURANTE LA TRANSICIÓN-TRAICIÓN?
Las Víctimas de la Transición durante el mandato de Adolfo Suárez
Ha muerto Adolfo Suárez. Todo se deshacen en elaborar emocionados panegíricos por su trayectoria al servicio de la Transición.
Pero la memoria de algunos de nosotros, aunque débil, no olvida los nombres y apellidos de tod@s aquell@s asesinados por la intervención de la Policía y la Guardia Civil que estaban a las órdenes del Presidente del Gobierno, y por la actuación aparentemente descontrolada pero conocida, tolerada, orquestada o no perseguida desde su Gobierno, de grupos de ultraderecha de Fuerza Nueva, Batallón Vasco Español, Triple A..., en muchos casos dirigidos o integrados por funcionarios policiales en activo y al servicio del Estado.
Hoy, día en el que Suárez es hagiografiado por tirios y troyanos, y su familia es condolida mancomunadamente, se me antoja que el mejor homenaje que podemos hacer a la Democracia y al Pueblo es recordar el nombre de los asesinados bajo su nefasto mandato, durante el que además los viejos y no tan viejos asesinos franquistas fueron amnistiados por Ley y los nuevos verdugos ultraderechistas cabalgaron desbocados a lomos de la Impunidad más criminal y desvergonzada.
Sus víctimas, por las que sigo guardando luto, fueron:
9 de Julio de 1976, Santurtzi:
NORMI MENTXAKA (asesinada por paramilitares ultraderechistas)
14 de Agosto de 1976, Almeria:
JAVIER VERDEJO (muerto por la actuación policial / militar)
8 de Septiembre de 1976, Hondarribia:
JOSU ZABALA (muerto por la actuación policial / militar)
22 de Septiembre de 1976, Tenerife:
BARTOLOME GARCIA LORENZO (muerto por la actuación policial / militar)
27 de Septiembre de 1976, Madrid:
CARLOS GONZALEZ MARTINEZ (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
10 de Octubre de 1976, Burlata:
FRANCISCO JAVIER ALONSO (muerto por la actuación policial / militar)
28 de Noviembre de 1976, Doneztebe:
SANTIAGO NAVAS (muerto por la actuación policial / militar)
JOSE JAVIER NUIN (muerto por la actuación policial / militar)
15 de Diciembre de 1976, Madrid:
ANGEL ALMAZAN LUNA (muerto por la actuación policial / militar)
7 de Enero de 1977, Chirivella (Valencia):
JOSÉ VICENTE CASABANY (muerto por la actuación policial / militar)
23 de Enero de 1977, Madrid:
ARTURO RUIZ (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
24 de Enero de 1977, Madrid:
MARÍA LUZ NAJERA (muerto por la actuación policial / militar)
FRANCISCO JAVIER SAUQUILLO (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
LUIS JAVIER BENAVIDES (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
SERAFIN HOLGADO (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
ENRIQUE VALDEVIRA (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
ANGEL RODRIGUEZ (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
24 de Febrero de 1977, Cartagena (Murcia):
FRANCISCO EGEA (muerto por la actuación policial / militar)
8 de Marzo de 1977, Itsaso:
SEBASTIAN GOIKOETXEA (emboscada policial / tiroteo)
NIKOLAS MENDIZABAL (emboscada policial / tiroteo)
13 de Marzo de 1977, Donostia:
JOSÉ LUIS ARISTIZABAL (muerto por la actuación policial / militar)
20 de Marzo de 1977, Barcelona:
ANGEL MARTIN PEREZ (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
30 de Marzo de 1977, Donostia:
ISIDRO SUSPERREGI (muerto por la actuación policial / militar)
12 de Mayo de 1977, Orereta:
RAFAEL GOMEZ JAUREGI (muerto por la actuación policial / militar)
13 de Mayo de 1977, Iruñea-Pamplona:
JOSE LUIS CANO PÉREZ (muerto por la actuación policial / militar)
14 de Mayo de 1977, Ortuella / Bilbao:
MANUEL FUENTES MESA (muerto por la actuación policial / militar)
FRANCISCO JAVIER NUÑEZ (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
24 de Mayo de 1977, Orereta:
GREGORIO MARITXALAR (muerto por la actuación policial / militar)
16 de Septiembre de 1977, Barcelona:
GUSTAVO FRECHER SOLANA (muerto en actuación policial por disparo de bala de goma).
20 de Septiembre de 1977, Madrid:
JUAN PEÑALVER SANDOVAL (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
6 de Octubre de 1977, Alicante:
MIQUEL GRAU (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
7 de Octubre de 1977, Andoain:
DAVID SALVADOR (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
14 de Octubre de 1977, Lutxana:
GONZALO PEQUEÑO (muerto por la actuación policial / militar)
4 de Diciembre de 1977, Málaga:
MANUEL JOSÉ GARCIA CAPARROS (muerto por la actuación policial / militar)
13 de Diciembre de 1977, Tenerife:
JAVIER FERNANDEZ QUESADA (muerto por la actuación policial / militar)
4 de Enero de 1978, Sevilla:
FRANCISCO RODRIGUEZ LEDESMA (muerto por la actuación policial / militar)
11 de Enero de 1978, Iruñea-Pamplona:
JOKIN PEREZ DE VIÑASPRE TXURRUKA (muerto por la actuación policial / militar)
XEFE SARASOLA ARREGI (muerto por la actuación policial / militar)
14 de Enero de 1978, Basurto:
DAVID ALVAREZ PEÑA (muerto por la actuación policial / militar)
24 de Enero de 1978, Arrigorriaga:
EFREN TORRES ABRISKETA (muerto por la actuación policial / militar)
14 de Marzo de 1978, Prisión de Carabanchel:
AGUSTÍN RUEDA (muerto por la actuación policial / militar)
21 de Abril de 1978, Vigo:
ELVIRA PARCERO (muerto por la actuación policial / militar)
5 de Mayo de 1978, Soria:
JOSÉ LUIS ESCRIBANO (muerto por la actuación policial / militar)
11 de Mayo de 1978, Gernika:
ALBERTO GARCÍA “RUSO” (muerto por la actuación policial / militar)
JESUS MARIA ARRAZOLA “TXIKI” (muerto por la actuación policial / militar)
24 de Mayo de 1978, Irun:
MARTIN MERKELANZ (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
24 de Junio de 1978, Apatamonasterio:
JOSE EMILIO FERNANDEZ PEREZ (muerto por la actuación policial / militar)
26 de Junio de 1978, Sestao:
FELIPE CARRO (muerto por la actuación policial / militar)
2 de Julio de 1978, Donibane-Lohitzune:
AGURTZANE ARREGI (asesinada por paramilitares ultraderechistas)
8 de Julio de 1978, Iruñea-Pamplona:
GERMAN RODRIGUEZ (muerto por la actuación policial / militar)
11 de Julio de 1978, Donostia:
JOSEBA BARANDIARAN (muerto por la actuación policial / militar)
11 de Septiembre de 1978, Barcelona:
GUSTAVO MUÑOZ DE BUSTILLO (muerto por la actuación policial / militar)
27 de Septiembre de 1978, Sevilla:
MANUEL MEDINA AYALA (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
30 de Octubre de 1978, Madrid:
ANDRES FRAGUAS (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
8 de Noviembre de 1978, Bilbao:
RICARDO GOMEZ GOIKOETXEA (muerto por la actuación policial / militar)
15 de Noviembre de 1978, Arrasate:
JOSE MARIA ITURRIOZ (muerto por la actuación policial / militar)
ROBERTO ARANBURU (muerto por la actuación policial / militar)
EMILIA LARREA (muerto por la actuación policial / militar)
21 de Diciembre de 1978, Angelu:
JOSE MIGUEL BEÑARAN “ARGALA” (asesinado por paramilitares ultraderechistas)
4 DE MARZO de 1979, PARLA
URSINO GALLEGO, de 14 años (muerto en actuación policial por disparo de bala de goma).20 DE ABRIL de 1979, MADRID
JUAN CARLOS DELGADO DE CODES (Asesinado por la espalda cuando sale de la estación de Lavapies por policías)
29 DE Abrid le 1979, MADRID
ANDRÉS GARCÍA ,18 años (apuñalado por ultraderechista cuando salía del cine)
3 DE JUNIO de 1979, TUDELA
GLADIS DEL ESTAL (Le dispara un guardia civil a bocajarro mientras permanece sentada en una concentración contra las centrales nucleares en Tudela)
6 DE JUNIO de 1979, ANDOAÍN
JOSÉ RAMÓN ANSA ETXEBARRÍA (Secuestrado y asesinado por el Batallón Vasco Español)
10 DE JUNIO de 1979, RENTERÍA
VICENTE VADILLO (Muere por disparos de un policía de paisano)
28 DE JUNIO de 1979, PARÍS
JAVIER MARTÍ EIZAGUIRRE (miembro del PCE asesinado en París por el Batallón Vasco Español)
AURELIO FERNÁNDEZ CARIO (miembro del PCE asesinado en París por el Batallón Vasco Español)
29 DE JUNIO de 1979, VALENCIA
VALENTÍN GONZÁLEZ RAMÍREZ (Muerto por una pelota de goma que le dispara a bocajarro un policía durante una huelga al ir a defender a su padre que le estaban apaleando)
15 DE JULIO de 1979, MADRID
SALOMÉ ALONSO VARELA (Muere al explotar una bomba puesta por la extrema derecha en el bar “el Parnasillo” de Malasaña)
2 DE AGOSTO de 1979, FRANCIA
JUAN JOSÉ LOPATEGUI CARRASCO (asesinado por el Batallón Vasco Español).
14 DE AGOSTO de 1979, MONFORTE DE LEMOS
EMILIO FERNÁNDEZ CASTRO (muere tras ser apaleado por la policía tras incidentes en unas fiestas patronales).
31 DE AGOSTO de 1979, ARGANDA
JOSÉ PRUDENCIO GARCÍA (asesinado en Arganda por un ultraderechista).
1 DE SEPTIEMBRE de 1979, SAN SEBASTIÁN
IGNACIO QUIJERA (muere por disparos de un policía en una manifestación pro-refugiados vascos)
2 DE SEPTIEMBRE de 1979
LISARDO CANO, de 16 años (muere por disparos de la policia en una manifestación en protesta por la muerte de Ignacio Quijera).
3 DE SEPTIEMBRE de 1979. BIARRITZ
PERICO ELIZARÁN
13 DE SEPTIEMBRE de 1979, MADRID
JOSÉ LUIS ALCAZO (muerto por golpes de bate de béisbol en el Retiro por jóvenes de Fuerza Nueva).
20 DE SEPTIEMBRE de 1979, OVIEDO
VALERIANO MARTÍNEZ PÉREZ (muere de un disparo de la Policía contra un piquete en una huelga del transporte).
8 DE DICIEMBRE de 1979, VALLADOLID
MANUEL ALVÁREZ BLANCO, jubilado (muerto por incendio provocado en la sede del Movimiento Comunista (MC) de Valladolid por un grupo fascista).
VICTORIA ARRANZ (muerto por incendio provocado en la sede del Movimiento Comunista (MC) de Valladolid por un grupo fascista).
13 DE DICIEMBRE de 1979, MADRID
JOSÉ LUIS MONTAÑÉS GIL (muerto por disparos de la policía contra una manifestación estudiantil)
EMILIO MARTÍNEZ MENÉNDEZ GIL (muerto por disparos de la policía contra una manifestación estudiantil).
25 DE DICIEMBRE de 1979, HERNANI
JUAN LUIS ZABALETA CARRASCO (asesinado por el Batallón Vasco Español).
8 DE ENERO de 1980, SAGRÓNIZ
ANA TERESA BARROETA, 19 años (violada y apuñalada por el Batallón Vasco Español).
15 DE ENERO de 1980
LIBORIA ARAN GOMEZ (asesinado por el Batallón Vasco Español en el bar Aldana de Baracaldo).
MANUEL SANTA COLOMA (asesinado por el Batallón Vasco Español en el bar Aldana de Baracaldo).
MARIA PAZ ARMIÑO (asesinado por el Batallón Vasco Español en el bar Aldana de Baracaldo).
PACIFICO FICA ZULOAGA (asesinado por el Batallón Vasco Español en el bar Aldana de Baracaldo).
15 DE ENERO de 1980
CARLOS SALDISE CORTA (asesinado por los "Grupos Armados Españoles").
1 DE FEBRERO de 1980, MADRID
YOLANDA GONZÁLEZ MARTÍN (Secuestrada y asesinada por Emilio Hellín, militante de extrema derecha)
2 DE FEBRERO de 1980
JESUS MARIA ZUBIKARAI BADIOLA (asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español).
10 DE FEBRERO de 1980, MADRID
VICENTE CUERVO CALVO (asesinado por disparos de ultraderechistas).
28 DE MARZO de 1980, MADRID
JORGE CABALLERO SÁNCHEZ (asesinado por miembros de ultraderecha a la salida del cine).
19 DE ABRIL de 1980, HERNANI
FELIPE SAGARNE ORMAZÁBAL (asesinado por el Batallón Vasco Español).
1 DE MAYO de 1980, MADRID
ARTURO PAJUELO RUBIO (asesinado por miembros de Fuerza Nueva tras una manifestación).
6 DE MAYO de 1980, MADRID
JUAN CARLOS GARCÍA PÉREZ (muerto de un disparo en el asalto al Bar “San bao” de Madrid por grupos de ultraderecha.)
8 DE MAYO de 1980, SAN SEBASTIAN
MARIA JOSE BRAVO DEL BARRIO, 17 años (secuestrada, violada y asesinada por el Batallón Vasco Español).
23 DE JULIO de 1980, BILBAO
MARIA CONTRERAS, de 17 años, embarazada de 9 meses (muere por bomba de la Triple A contra la guarderia Iturriaga).
ANTONIO CONTRERAS, de 12 años (muere por bomba de la Triple A contra la guarderia Iturriaga).
ANASTASIO LEAL, (muere por bomba de la Triple A contra la guarderia Iturriaga).
28 AGOSTO de 1980, IRÚN
JESUS MARÍA ETXEBESTE (asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español).
30 DE AGOSTO de 1980, ONDARROA
ÁNGEL ECHANIZ (militante de HB, asesinado en su bar).
6 DE SEPTIEMBRE de 1980, MADRID
JOSÉ ESPAÑA VIVAS (muere un día después de ser detenido por la Policía y preso en la Dirección General de Seguridad).
7 DE SEPTIEMBRE de 1980, OVIEDO
MIGUEL ARBELAIZ ETXEBARRÍA ETXEBESTE (asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español).
LUIS MARÍA ELIZONDO ARRIETA ETXEBESTE (asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español).
14 DE NOVIEMBRE de 1980, HERNANI
JOAQUÍN ANTIMASVERAS (asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español).
14 DE NOVIEMBRE de 1980, CARACAS
JOAQUÍN ALFONSO ECHEVARRÍA (asesinado por bomba del Batallón Vasco Español).
ESPERANZA ARANA (asesinado por bomba del Batallón Vasco Español).
23 DE NOVIEMBRE de 1980, HENDAYA
JEAN PIERRE HARAMENDI (asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español).
JOSÉ KAMIO (asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español).
30 DE NOVIEMBRE, BARCELONA
JUANA CASO (asesinado por ultraderechistas de Fuerza Nueva).
JOSÉ MUÑOZ (asesinado por ultraderechistas de Fuerza Nueva).
30 DE DICIEMBRE de 1980, VALENCIA
FRANCISCO JOSÉ RODRÍGUEZ LÓPEZ (asesinado por ultraderechistas).
Descansen en paz y que las tierra les sea leve. Algun@s nunca les olvidaremos.
Publicado por Paco de Jerez en domingo, marzo 23, 2014
http://todoslosrostros.blogspot.com.es/2014/03/las-victimas-de-la-transicion-durante.html

Adolfo Suárez y la llamada “transición”

José Luis Valdés

Da lástima y pena, no entiendo como la gente actúan como borregos y se dejan manipular por los medios de comunicación al servicio del sistema. La realidad es: Lo que paso en el Estado Español fue idéntico a lo que ha pasado hace poco con Hosni Mubarak en Egipto  y las llamadas "revoluciones verdes". Cuando un sistema y gobernantes están en crisis, a punto de caer, intervienen los poderes fácticos y el imperialismo yankee a través de la CIA para cambiarle de maquillaje al sistema con la intención de que nada cambie, y que los poderes económicos continué en manos de los oligarcas.
El régimen franquista se encontraba agotado; las fuerzas de oposición clara eran de izquierdas, las clases populares exigía un cambio. Primero: Franco proclamo un sucesor de acuerdo con los intereses del imperialismo, luego, el régimen eligió un intermediario acorde con los intereses yankee-europeo para llevar las negociaciones con el PCE, PSOE y domesticarlos hasta que aceptaran las exigencias de la CIA y de la oligarquía. Para jugar este papel eligieron a Adolfo Suárez, un falangista  maquillado de moderado,  que llevo las negociaciones que sus asesores del régimen y de la CIA le iban marcando. Esta es la verdad objetiva de la llamada “transición”, un maquillaje del sistema  que se sustenta en falsedades,  muchos muertos, perdida de ilusiones, de cambio democrático y de soberanía.

 ¡¡¡De tales polvos, tenemos ahora estos lodos!!!

jueves, 20 de marzo de 2014

Nace Resistencia Popular Canarias


20 marzo, 2014 | Sección: Comunismo, La izquierda


Logo rojo
Nace una nueva organización comunista en Canarias, con carácter independentista, que aboga por la ruptura con España y el comienzo de un proceso constituyente democrático y popular. En el comunicado, que reproducimos a continuación, se encuentra contenido un programa político de  mínimos de 25 puntos para el movimiento popular de liberación en Canarias, con propuestas sobre una serie de medidas democráticas, sociales y económicas, en beneficio de todo aquel que vive y/o trabaja en Canarias, sin distinción de origen, raza, sexo, religión o cualquier otra condición:
Resistencia Popular Canarias (RPC) es una organización comunista que utiliza el materialismo dialéctico, el marxismo-leninismo, como herramienta de análisis de la realidad. Nace fruto de la lucha contra el reformismo y el oportunismo imperantes en el movimiento revolucionario de nuestro país, que ayudan a perpetuar el sistema capitalista y la dominación colonial sobre Canarias.
Canarias lleva más de quinientos años bajo el yugo del colonialismo español, que impide el progreso en nuestra patria y que lleva a nuestro pueblo a la miseria con los índices de pobreza y paro más altos del Estado. Además, los trabajadores canarios están dominados no sólo por esta opresión colonial, sino también por la tiranía de los empresarios y el trabajo asalariado, llevándolos a vender su fuerza de trabajo por salarios cada vez más bajos, y a vivir únicamente para pagar deudas. Se hace evidente la necesidad de romper tanto con la explotación de nuestra nación por España como con el capitalismo que ahoga a nuestra clase.
Por los motivos expuestos entendemos que es necesario un proyecto diferenciado del que se lleva a cabo en el resto del Estado español, principalmente por la particular situación colonial de Canarias, siempre sin olvidar el internacionalismo proletario que hace que nuestra lucha sea común con la del resto de obreros del mundo, y con los del resto de España ya que a diferentes niveles nos oprime un mismo Estado. Consideramos que canario es todo aquel que vive y/o trabaja en Canarias, sin distinción de origen, raza, sexo, religión o cualquier otra condición.
Como programa unitario de mínimos para el movimiento por la liberación nacional de Canarias, proponemos una serie de puntos:
1. Autodeterminación del Archipiélago Canario para su constitución como Estado independiente fuera de la Unión Europea, el FMI y el Banco Mundial.
2. Formación de un Gobierno Provisional Revolucionario que garantice un proceso constituyente democrático y popular.
3. Creación de Asambleas obreras y populares como base organizativa del Estado.
4. Expulsión de las fuerzas represivas españolas (Policía Nacional, Guardia Civil y Fuerzas Armadas) y disolución de los cuerpos represivos del Archipiélago, con vistas a la futura creación de milicias populares.
5. Libertad para todos los presos políticos antifascistas y amplio indulto para los presos por causas sociales.
6. Creación de un Tribunal Popular para el enjuiciamiento de los crímenes cometidos contra la revolución y el pueblo.
7. Supresión de los privilegios económicos, sociales y políticos de la Iglesia, separación total de Iglesia y Estado. Libertad de conciencia.
8. Educación laica, científica, popular, totalmente gratuita y universal, que combine la teoría con la práctica.
9. Libertad de expresión, manifestación y organización para el pueblo. El derecho a la huelga es irrenunciable.
10. Igualdad total de la mujer en la vida económica, social y política.
11. Reducción de la jornada laboral en función del trabajo que se desempeñe. Trabajo digno para todos.
12. Vivienda social y gratuita, seguridad social y sanidad a cargo del Estado.
13. Derecho de la juventud a recibir una formación integral y a llevar una vida independiente digna y libre.
14. Elaboración de una Ley de Costas adecuada a nuestras particularidades geográficas, históricas y sociales.
15. Nacionalización de sectores estratégicos, tales como puertos y aeropuertos, y expropiación de grandes empresas monopolistas, sobre todo las que acaparan el sector servicios.
16. Nacionalización de los medios de comunicación y de transporte. Establecimiento de una red de transporte de calidad y que mejore las comunicaciones tanto insulares como interinsulares.
17. Nacionalización de los recursos naturales y su procesado.
18. Reforma Agraria para la distribución de la tierra entre el campesinado.
19. Estado de Neutralidad para Canarias y salida de la OTAN.
20. Referéndum vinculante sobre las prospecciones y la explotación petrolífera.
21. Garantizar la soberanía energética de Canarias promoviendo las energías oportunas para nuestro territorio.
22. Exigir el territorio marítimo que le corresponde a nuestro Archipiélago, así como las Islas Salvajes que, histórica y geográficamente, son parte de Canarias.
23. Creación de un tejido industrial en Canarias, basado principalmente en los sectores agropecuario y manufacturero.
24. Promoción de las señas de identidad cultural canarias maltratadas y abandonadas por el colonialismo.
25. Coexistencia pacífica y solidaridad con el resto de países del mundo, apoyando las luchas de liberación de los pueblos oprimidos.

jueves, 13 de marzo de 2014

"Podemos", un fenómeno mediático que pretende ser político

"Podemos", un fenómeno mediático que pretende ser político



Nunca antes una candidatura electoral tuvo que ser tan justificada. Nunca un candidato tuvo que explicar tanto por qué se presentaba a las elecciones, ni tuvo ningún nominado a candidato que convencer a sus posibles electores de que se autoproclamaba candidato aunque en realidad eran los electores quienes, aun sin saberlo, le proclamaban candidato. Nunca un aspirante a representante tuvo tantas veces que decir que no aspiraba a representar a quienes se negaban a ser representados aunque en el fondo sí representaba lo que ellos proclamaban. Ni tuvo que decir tantas veces que su propuesta era de unidad y participación. Ni hubo candidato a las elecciones europeas que “desde abajo y desde la izquierda” tuviera tanto apoyo desde arriba y desde la derecha, desde los medios masivos y desde los medios alternativos. El “we can” español ha tambaleado de nuevo la convulsa vida social volviendo a colocar en el terreno de la contabilidad política el conflicto social. Este desenfoque, este tratar de embridar de nuevo al 15 M, es decir, tratar de encauzar el recalentamiento social que tan peligroso resulta para la institucionalidad se intentó ya en los primeros momentos del estallido social que significó el 15M. Mayo del 2011 fue la peligrosa eclosión de la doble crisis que vive este país: la económica y la del sistema político. La primera, común al resto de Europa, no supone mayor peligro para el poder que la implementación de un nuevo ciclo de acumulación corrigiendo los desmanes –según las instancias económicas- del capital financiero, el reto está en conseguir la aceptación social combinando la represión y el control ideológico. Pero si el sistema político entra en crisis y si resulta incapaz de controlar el conflicto, entonces, empiezan a sonar las alarmas. Son esas mismas alarmas que empezaron a sonar a mediados de los años 70 cuando el modelo económico español daba muestras de agotamiento, la muerte del dictador y el conflicto social suponían un cierto peligro para la continuidad del régimen capitalista. Peligro cierto o mera posibilidad el capital no escatimó medidas preventivas.
Ahora, como entonces, el presente sólo puede leerse desde el pasado. Dice Bensaïd “quien no tiene memoria ni de derrotas ni de victorias pasadas tampoco tiene demasiado futuro. El puro “presente del grito” no construye una política” 1 Como entonces, este presente de continuos estallidos, de calmas tensas, de búsquedas de referentes, no constituye en sí mismo una propuesta política (de poder), ni es en sí mismo un proceso revolucionario, aunque lleve en su seno gérmenes revolucionarios y apunte a crear las condiciones subjetivas para la ruptura revolucionaria. Los gritos de estos últimos años (Prestige, No a la guerra, 15M, Stop desahucios, escraches, mareas verde, blanca, los mineros, las huelgas sectoriales, Gamonal) expresan resistencias con una potencialidad revolucionaria que no se está dando en ninguno de los países europeos, ni siquiera en los del sur –Grecia, Portugal, Italia- afectados en igual o mayor grado por el saqueo económico pero quizás menos marcados por la deslegitimación del sistema político. El 15M ha significado y significa la convergencia de las potencialidades presentes, la posibilidad de construcción de un sujeto político transformador, de ruptura con la institucionalidad del régimen, de momento sólo una posibilidad.
A mediados de los años setenta España vivió una encrucijada parecida. Entonces se planteó el dilema: ruptura o reforma. Del lado de la ruptura, consciente o inconscientemente, los jornaleros, los obreros explotados, los parados, los jóvenes sin futuro, la memoria de las víctimas del franquismo, los fusilados de las cunetas, los represaliados políticos… Del lado de la reforma, la clase política emergente, los nostálgicos resignados, las clases medias amenazadas, los obreros acomodados, los aspirantes a europeos, los intelectuales miedosos… Del lado de la ruptura, la memoria. Del lado de la reforma, el olvido.
Nuestra guerra civil fue un momento de excepcionalidad donde la explotación, la miseria, el hambre, pero también la conciencia de otro mundo posible construyeron el poder popular que se enfrentó al fascismo –el de dentro y el de fuera. No se fracasó, se sufrió la primera derrota del siglo XX, nuestra segunda derrota fue la Transición. A finales de los años 70, el miedo del poder a una posibilidad revolucionaria decantó el proceso hacia la reforma que llamaron la Transición española. Un producto que posteriormente tendría un alto valor de exportación. Todos los poderes, constituidos y constituyentes, se articularon en una estrategia común para conjurar la ruptura.
También entonces el conflicto social se daba en todos los ámbitos, en los centros de trabajo, en los barrios, en el campo, en la educación. La institucionalidad política, lastrada por el aparato franquista, se mostraba incapaz de reconducir el proceso. De ahí que, desde fuera y desde dentro, hubiera que favorecer y alimentar una “tercera vía”: un líder, una consigna vacía y un consenso. El régimen se travestiría, el miedo de los intelectuales –siempre con un pie en el estribo- los convertiría en bisagras de la reforma, las promesas europeistas alimentarían las esperanzas de bienestar, y la democratización del consumo sedaría los cuerpos y las mentes. Así se fraguó, desde el poder el centro de la UCD, luego el cambio del PSOE, después la democracia de todos los partidos.
En la coyuntura actual, tomando cierta distancia respecto de la retórica mediática. La propuesta de la plataforma Podemos, no se diferencia gran cosa de la propuesta normalizadora que significó la Transición española. La diferencia más significativa es que las elecciones se han convertido en el instrumento normalizador, en el cauce adecuado para restaurar el orden, igualmente adecuado para una derecha sin legitimidad suficiente y para una izquierda aún asustada por la guerra civil. Ilustración de esta situación es la valoración tan positiva de la policía, según el barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), justo cuando aumenta la represión.
Desde el 2011 cuando el 15M visibiliza el resquebrajamiento de la legitimidad del sistema político (“lo llaman democracia y no lo es”, “no nos representan”) el régimen baraja distintas opciones de continuidad: a) la restauración autoritaria (aumento de la represión y el control social, silenciamiento de las protestas, estabilización del sistema económico, amedrentamiento de las clases medias, reforzamiento de la ultraderecha), b) un gran pacto de salvación nacional (acuerdos entre la clase política para garantizar la estabilidad económica) c) canalización y normalización de la protesta.
Los dos primeros escenarios no están teniendo ni los apoyos ni la fuerza suficiente, el primero encuentra rechazo en Europa, demasiado riesgo para la economía, el segundo carece de base social, el tercero está por testarse, todo dependerá del acierto en la elección de los personajes a promover, de la potencia de las consignas y de la fabricación del consenso necesario. Objetivamente, el “we can” español se inscribe en este tercer escenario. Evidentemente, nada de lo que aquí planteo es el resultado de ninguna conspiración, se trata sólo del resultado no intencional de acciones que sí son intencionales. Es la propia coyuntura la que favorece, la que genera la oportunidad, para el lanzamiento de una figura mediática que viabilice una opción consensuada. Se trata de una coyuntura distinta a la del 2009 cuando Izquierda Anticapitalista, escindida de Izquierda Unida (IU) no contaba con ninguna figura capaz de arrastrar el voto de la izquierda social que perdía IU; ahora parece haberla encontrado.
Medios de comunicación, liderazgo e institucionalización son las tres patas que tratan de estabilizar la “democracia” española, o lo que es igual, de legitimar el golpe autoritario que necesita la economía. Si el conflicto social no hace viable la relegitimación de los partidos políticos la opción más razonable –desde la perspectiva del poder- será la relegitimación del sistema por la vía electoral. Frente a la acumulación de poder que representa Gamonal, frente a la reapropiación de lo político o frente al conflicto transformador, la vía electoral de Podemos sería la opción más viable para la continuidad del régimen.
Un proceso revolucionario es una potencialidad que aspira a convertirse en probabilidad. En el camino se entreveran momentos de calma con estallidos sociales y ambos tributan al proceso de acumulación de poder. Pero también en estos momentos las fuerzas conservadoras hacen su trabajo. Desde el punto de vista del análisis político este me parece que es el momento que vivimos.
Mi abuela que era campesina, religiosa y de Valladolid decía que “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”.
El fetiche del poder o la confusión entre opción electoral y opción de poder
En la encrucijada política y en la coyuntura que vive el Estado Español la opción electoral no es una opción real de poder, me refiero a una alternativa de poder popular. Sin embargo, desde las movilizaciones masivas del 15M no ha habido momento ni grupo político (de izquierdas o de derechas) que no haya tratado de encarrilar la protesta hacia la vía institucional, especialmente en las citas electorales. Por eso, aun a riesgo de sobredimensionar el más reciente intento de la plataforma Podemos, merece la pena abordar la reflexión sobre el carácter fetichista del proceso electoral en la coyuntura actual así como las lógicas que hacen de él el mejor instrumento de disciplinamiento social.
Cualquiera de las opciones políticas que hoy se disputan los votos asume que elegir un candidato de la amplia -o reducida, según se mire-, oferta de partidos, implica una opción de poder. Identifican así democracia con votación, tal y como el propio sistema lleva sosteniendo desde la generalización del voto, desde que se constató que gracias al manejo de la opinión pública la gente siempre acabaría votando lo correcto de modo que las elites no correrían ningún peligro de ser desplazadas por las clases populares. Asumen también que es la vía aceptable para cambiar las cosas. El campo de la política queda así reducido al ámbito institucional. De la misma forma que ocurrió en nuestra primera transición –sostengo que estamos viviendo una segunda transición- se trata de despojar a lo social de su componente político por la vía de la institucionalización del conflicto, o lo que viene a ser igual, neutralizándolo al colocarlo dentro de los márgenes de lo aceptable. Todas las opciones políticas actuales parten de la aceptación de las reglas de juego, las mismas que hacen inviable que este sistema representativo se transforme en una democracia. Incluso aquellos que sostienen ser anticapitalistas aceptan la forma política del capitalismo.
Sin duda el discurso admite la paradoja de negar que estemos en una democracia al tiempo que se sanciona esta democracia aceptando los cauces institucionales, admite contracciones tales como presentarse a unas elecciones compitiendo por la captación de votos al tiempo que se dice que se presentan porque estas elecciones europeas no significan nada, se está en contra del liderazgo al tiempo que se potencia al líder mediático, se afirma querer dar voz a los sin voz al tiempo que se les trata de incapaces y de no saber lo que quieren. Porque en el fondo, parecen decir, las masas quieren que se gestione políticamente su protesta.
Si alguna virtud tienen los procesos electorales es la de sacar a la luz el abanico extenso de contradicciones de los discursos políticos. En estos momentos es muy difícil distinguir entre posibilismo y oportunismo, entre los deseos y los intereses. Pero la campaña del “spanish we can” ilustra como ninguna lo que da de sí la retórica ilustrada, o la versión nacional de los reality show americanos. Por lo demás, las estratagemas retóricas no harán sino desarmar el conflicto social sin apenas arañar el fetiche del sistema.
Como instrumento de disciplinamiento las elecciones han devenido en fetiche, es decir, objeto al que se le asignan propiedades mágicas. Carlos Marx acuñó el concepto de fetichismo para referirse a la mercancía en tanto que producto manufacturado que oculta las relaciones de trabajo bajo las cuales fue producido. Los procesos electorales en el contexto actual no significan poner en manos de la gente opciones de poder y sin embargo se nos presentan como si lo fueran. Por otro lado, las reglas que rigen estos procesos permanecen ocultas mientras que, el voto, aparece como proceso neutro, mero procedimientos para seleccionar a los candidatos según las preferencias de la gente. Pero, como decía Badiou reflexionando sobre las elecciones presidenciales francesas de 2002, “En realidad, existe una distinción fundamental entre “ser candidato” y estar en un lugar que indica la posibilidad de un poder”. El acceso a esa clase de lugar se decide de otro modo y según criterios distintos a los de la candidatura 2 ”.
El hecho de que algunas opciones electorales que se auto proclaman transformadoras, puedan llegar a disputar alguna plaza en la arena política sólo significa que se ajustan al principio de la homogeneidad, es decir, “que se sabe a ciencia cierta que no harán nada esencialmente diferente de lo que hicieron quienes los precedieron” 3 . La alternancia en las instituciones de los que se consideran “enemigos políticos” favorece la labor disciplinante del voto ya que la alternancia implica que la opción que ha conseguido alcanzar el lugar de relevo no ha tomado ninguna medida para hacer que su ascenso fuera imposible. Sin duda, el discurso es otra cuestión. Como decíamos anteriormente los discursos pueden seguir siendo radicales e incluso de ruptura. Lo importante es elaborar un producto político homologado en la práctica.
En octubre del 2011, antes de las elecciones nacionales, escribí una reflexión titulada “Todos tienen prisa por institucionalizar al movimiento 15M” 4 , en ese momento analizaba el dato curioso de que tanto intelectuales de izquierda, partidos como el PSOE o el PP e incluso algunos grupos del 15M hicieran constantes llamados a que la protesta de las calles se canalizara, bien convirtiéndose en una opción política, bien apoyando a alguna opción ya constituida o transformándose en grupo de presión al estilo lobby americano. A día de hoy ninguna de estas vías ha cuajado por lo que, desde las instancias de poder, la inestabilidad política se sigue considerando un riesgo para la estabilidad económica, es decir, para la continuidad, sin sobresaltos, del enriquecimiento de las elites.
Los resultados electorales de noviembre del 2011 fueron un balón de oxígeno para el régimen y para sus dispositivos políticos pues, aceptada la mecánica electoral, se relegitimaba el sistema aunque fuera de forma precaria y se garantizaba la continuidad de los cambios tales como el golpe de mano que significó la aprobación de la reforma del artículo 135 de la Constitución.
En nuestra primera transición la consigna electoral del cambio, el liderazgo made in USA-UE de Felipe González, el disciplinamiento del PC y la aceptación de la monarquía y de las reglas de la nueva institucionalidad, hicieron viable la nueva fase liberal. No era falso que se estuviera por el cambio: se desmanteló el sistema productivo con la famosa reconversión industrial, se liberalizó, se privatizó, se inició la desregulación del mercado de trabajo, se construyeron las bases de la burbuja inmobiliaria, etc. Algo del régimen cambió, algo del mismo continuó, y lo sustantivo, la continuidad de la acumulación de las elites y la explotación, se mantuvieron.
En la coyuntura actual, con o sin el disciplinamiento electoral, las cosas van a seguir cambiando, se va a seguir recortando el gasto público, aumentará la precariedad laboral y los trabajos miseria, se deteriorarán más aún si cabe todos los servicios públicos, aumentará la represión de la protesta, su criminalización y su silenciamiento mediático…Todos estos cambios son necesarios para terminar de implantar la nueva fase de acumulación económica. La doctrina del shock se aplica en nuestro país adaptada a la complejidad autóctona y a nuestra ubicación en el sur de Europa. Sin embargo, para ser implementada necesita poner de nuevo en valor al maltrecho sistema político. Recuperar el consenso respecto de la institucionalidad, es decir, volver a apuntalar el sistema fisurado. En este sentido, las elecciones hoy siguen siendo el instrumento más eficaz de legitimación del sistema político y de disciplinamiento social: dentro del sistema todo, fuera del sistema nada.
De forma muy intuitiva la población española que se movilizó masivamente siguiendo la consigna “no nos representan” expresaba la distancia entre opción electoral y opción de poder. En una “no democracia” ninguna opción electoral representa al pueblo. Que las elecciones posteriores no reflejaran, a través de la abstención, el rechazo masivo al sistema representativo no puede interpretarse, como parecen suponer nuevas formaciones políticas, como la inexistencia de la “opción electoral adecuada”. Caben otras interpretaciones. Una de ellas pasa por poner en relación el presente con la historia de nuestro sistema político. Es decir, el valor simbólico que el voto tiene para las generaciones que han vivido la dictadura franquista y también para aquellas que han sido socializadas en la estandarización europeista.
Otra interpretación sobre la aceptación generalizada del instrumento electoral la encontramos en la cultura política que ha generó la primera transición. Una forma de identificar lo político única y exclusivamente con lo institucional. La atomización y el encauzamiento de la sociedad civil a través del asociacionismo; y el rechazo al conflicto (identificado siempre con violencia) Quien se mueva no sale en la foto, diría Alfonso Guerra, pero la realidad es que quien se moviera aparecería en las fotos de comisaría. En esta segunda transición el poder de las elites circula entre la búsqueda del consenso, sumando adeptos al espectáculo electoral, y la represión y la violencia para los indisciplinados.
Los nuevos partidos surgidos al rebufo del 15M como el partido X, o formaciones como Equo, o la plataforma Podemos, hacen una lectura interesada e instrumental de las esperanzas y deseos que, a modo de fetiche, se depositan en el proceso electoral. En el mejor de los casos juegan al “como si” del voto, hagamos como si fuera otra cosa distinta a la que es, como si fuera algo más que un instrumento del sistema, en el peor de los casos, asumen las elecciones como el mejor camino de promoción corporativa, alcanzar una cuota de poder para su grupo a cambio de la pacificación social. De ahí que, para la plataforma Podemos, todas las energías se dirijan a captar votos vengan de donde vengan. De la izquierda transformadora, de sectores reaccionarios, cuasi-fascistas, de progresistas, de clases medias, de intelectuales, de gente común y corriente. Un vistazo a la propuesta electoral y a los siete puntos que, según su líder mediático, definen quién está con él y quien no, no dejan lugar a dudas. Como en su día el PSOE o como el slogan de la Coca-Cola, el producto ha de ser para todos, para la gente común; solo así se puede aspirar a ganar. Se rebajan las demandas, se vacía el discurso, se eluden temas escabrosos, se recogen las consignas más impactantes y con más seguidores en twitter, y se convierte en enemigo al resto de las fuerzas políticas a las que se disputa cuota de mercado.
En la coyuntura actual remozar el sistema político sólo se puede hacer con nuevas caras más mediáticas, con nuevos mensajes más postmodernos y con el reciclado de propuestas novedosas procedentes de la protesta social (autogestión, participación, horizontalidad…).
La institución electoral está sacralizada porque lo está el sistema representativo al que llamamos democracia. La fe electoral se alimenta de la impotencia, el miedo al vacío, la desesperanza o la falta de ánimo para cambiar las cosas. Pero esta sacralización es en parte responsable del estrangulamiento de las alternativas de poder popular que únicamente se hacen visibles a través de situaciones de conflicto como las movilizaciones contra los desahucios, los escarches, la toma de supermercados por el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) o la rebelión vecinal de Gamonal.
El miedo, la vergüenza, el aislamiento, son lo que nos conduce a la mistificación del voto, a reproducir la lógica del fetiche que no tendrá más resultado que ahogar en la impotencia las esperanzas democráticas de este país. Pero no podemos olvidar que todavía, en la memoria colectiva que se transmite de generación en generación, perdura la utopía posible de una democracia, y los conflictos, los presentes y los que están por llegar son sólo síntomas que tratan de convertir en probable lo que de momento sólo es una posibilidad: la democracia.
De instituciones, de votaciones y de líderes
En la coyuntura actual la institucionalización es el camino para la desactivación del conflicto, las votaciones el método para la legitimación del sistema y al liderazgo político se accede por aclamación mediática.
El surgimiento de una nueva opción electoral como Podemos que aprovecha la oportunidad abierta por la doble crisis económica y política no es nuevo, opciones como Ciutadans, UPyD, IA, Equo, Partido X 5 … salieron al paso del inicio de la deslegitimación institucional y de la desafección política. Lo novedoso es el nivel de deslegitimación alcanzado por la clase política en los últimos años que hace improbable una regeneración del sistema apoyándose en rostros ya marcados. De ahí que, una Segunda transición que conjure la ruptura necesita neutralizar, de nuevo, los elementos más radicales, canalizar y desactivar el conflicto por la vía del voto para que la política siga siendo el espacio donde se negocian intereses pero no donde se disputa el poder . Insistimos en que en la coyuntura actual la opción electoral no es una vía de acceso al poder, no es el lugar donde se disputa.
El filósofo alemán Hegel entendía que las principales tareas del Estado en la nueva sociedad burguesa eran: ideológicas y políticas. Pero del siglo XVII a la actualidad, el Estado, como la economía capitalista, han sufrido un proceso de naturalización y objetivación. Percibimos al Estado burgués como El Estado –desprendido de su concreción histórica y de clase-, a la política como una técnica, y a la economía capitalista como la economía en sentido genérico (la forma de resolver las necesidades de la vida en comunidad). De la misma forma que la economía ha perdido el adjetivo “política” -para hacernos creer que detrás no existe ningún tipo de relación de poder sino el devenir objetivo y natural de las fuerzas abstractas del mercado-, la política, se ha despolitizado, es decir, desideologizado.
Esto quiere decir que la política se nos presenta como una técnica (gestión y administración de recursos), como una actividad que realizan los especialistas, los políticos, como un ámbito en el que la participación de los ciudadanos consiste en elegir a los gestores correctos y, en caso de no estar satisfechos con su actuación la posibilidad de cambiarlos cada cierto tiempo. Poco más o menos como actuaríamos en el mercado eligiendo un producto u otro en función de su presentación. En la política moderna no se pone en juego el poder, sólo su apariencia pública.
La política despolitizada nos dibuja pues un tablero en el que no hay contradicciones irresolubles, por ejemplo entre el Capital y el trabajo, sino meras negociaciones de intereses, en el que los políticos elegidos según la fuerza del número de votos obtenidos estarán en mejor o peor condición, se nos dice, para negociar los intereses de sus representados. El conflicto de clases, la explotación, no puede trasladarse a la política porque en el mismo momento en que una opción de poder real, popular, tuviera alguna posibilidad de convertirse en hegemónica, sería criminalizada y sacada fuera del tablero de juego. Así, mover ficha en un tablero trucado y con las fichas marcadas sólo podrá acrecentar el desánimo y la impotencia, a la vez que estigmatizará cualquier reivindicación o conflicto que se de fuera de los cauces establecidos.
La única vía posible para repolitizar la política, es decir, para que el parlamento vuelva a ser el lugar en donde se disputa el poder es la acumulación de poder por parte de las clases populares, acumulación capaz de cambiar el tablero, las fichas y las reglas.
Hacer cada vez más visible el conflicto y lo que tiene de universal el conflicto particular y concreto debería ser hoy la tarea fundamental de cualquier liderazgo político que aspirara a transformar este país. Esta es la vía abierta por el 15M cuando ocupa las plazas y las calles, es también el camino que abre el SAT (Sindicato andaluz de trabajadores) cuando ocupa tierras, es la vía de la PAH (Plataforma de afectados por la Hipoteca) cuando para desahucios, son los mineros cuando marchan a Madrid haciendo confluir múltiples mareas, son los maestros, los trabajadores de la salud, los trabajadores de la limpieza, son los vecinos de Alcázar de San Juan contra la privatización del agua, son las más de 36.000 manifestaciones y concentraciones en el 2012 6 . Es la lucha de los vecinos de Gamonal en vez de la opción electoral de Podemos .
Sin embargo, frente al conflicto capaz de variar la correlación de fuerzas el propio sistema despliega el capital simbólico acumulado durante la transición: los órganos de representación y las elecciones como única relación posible entre lo político y lo social. Los miedos, las amenazas y el conservadurismo generalizado hicieron el resto. En este país no caben las revoluciones sino las transiciones.
Se nos convence de que no habrá nunca victorias totales, de que frente a la violencia de las calles está la paz de las instituciones, de que no hay logros posibles que no sean convenientemente pastoreados, de que es esta democracia o el caos, el orden institucional o el fantasma de la guerra civil, se nos dice.
La política despolitizada se construye sobre el dogma de la política como técnica no sólo de gestión sino de pacificación del conflicto social por la vía de la institucionalidad. De las tertulias que simulan el enfrentamiento, al parlamento, de los intereses irreconciliables, a la negociación razonable, del pueblo, a la ciudadanía y de las mareas, al candidato. Estos son los recorridos que traza la reproducción del sistema. Las votaciones, no significará variación alguna en las relaciones de poder y explotación; y cualquier opción que tomemos de cara a las citas electorales será una opción incoherente, en el fondo, una trampa postmoderna en la que partiendo de nuestros deseos de transformación, de la defensa de nuestros intereses y de la crítica al sistema nos convertiremos en cómplices necesarios de su reproducción.
¡Orden, orden, formen una plataforma electoral!
La democracia no es un término que pueda descontextualizarse. Como cualquier concepto, como las elecciones, es una construcción histórica que ha devenido ideología legitimadora de los sistemas políticos modernos. Apelar a la democracia griega del siglo V a.c. o traducir literalmente el término como poder del pueblo es un recurso retórico útil para que los profesores de ciencias políticas ilusionemos a nuestros alumnos con una esperanza hueca que no tardan en arrojar a la papelera cuando ponen un pie en la calle. Las revoluciones modernas, la británica, la francesa y la norteamericana, no fueron revoluciones democráticas, aunque llevaran en su regazo algunos elementos revolucionarios, aunque algunos de sus pensadores tradujeran estos elementos a concepciones ideológicas revolucionarias.
La ilustración parió pensadores revolucionarios -el mismo Carlos Marx es hijo de la ilustración-, y sembró semillas transformadoras, pero sobre todo fueron momentos en los que se construyó el sistema político moderno, el Estado burgués (o Estado de Derecho), que necesitaba el modo de producción que comenzaba a convertirse en hegemónico: el Capitalismo. Los liberales anglosajones, que siempre han sido más claros y han tenido menos prejuicios, estuvieron en contra de la democracia pues tuvieron claro que era incompatible con el libre mercado. Pero igualmente tuvieron claro que utilizar el término democracia para designar a los sistemas representativos era la mejor forma de legitimarlos ante el pueblo aunque se corrieran algunos riesgos. Porque si todos somos iguales ¿qué es lo que otorga a unos el derecho a mandar sobre otros? ¿Cómo se justifica la obediencia? El derecho a elegir, el derecho al voto, es el mecanismo que legitima a unos para gobernar sobre otros, si nosotros los hemos elegido libremente hemos de obedecerlos.
El Estado y las votaciones dejan de ser instrumentos de las elites cuando hay en marcha un proceso de construcción de soberanía popular. Esta situación ha sido posible en algunos países latinoamericanos, Venezuela, Ecuador y Bolivia; y su influencia y estrategia integradora han arrastrado a otros gobiernos del área. Pero interpretar que estos procesos democráticos han sido posibles gracias a la conformación de mayorías electorales es una visión miope si no interesada que invierte la relación causa-efecto. La traslación mimética de estos procesos a una realidad tan distinta como la española sólo es posible desde la simplificación más burda y manipuladora, y su intencionalidad no es otra que la de generar el efecto propaganda. Ningún proceso de transformación social es el resultado azaroso y casual de la historia, lo cual no quiere decir que no haya cierta dosis de casualidad; el azar se da sobre lo ya construido y puede actuar a favor o en contra de la transformación.
Orden, dirección y estabilidad son las características de la institucionalización burguesa. Son las garantías que exige el Banco Central Europeo. Son los rasgos sustantivos que garantizan la reproducción del capitalismo en su fase actual, la que David Harvey llama acumulación por desposesión. Dicha acumulación, dada la trayectoria de nuestro sistema político sólo puede realizarse con una combinación adecuada de consenso y represión. De ahí que junto con las constantes propuestas de regeneración del sistema político se ponga en marcha la llamada “ley mordaza” o la reforma de la ley penal. De ahí que ante las crecientes mareas de movilización social se promuevan opciones electorales.
Sin embargo, las instituciones actuales, desde la jefatura del Estado (la monarquía), la judicatura pasando por el parlamento y los cuerpos de seguridad del Estado, no son reformables. Como decíamos en la parte segunda de este análisis la Transición española no enlaza con la institucionalidad previa a la guerra civil, no rescata la legitimidad democrática de la Segunda república sino que reformula la institucionalidad franquista. En un primer momento el régimen se trasviste pero se le ve demasiado el rabo al diablo. En la primera Transición los nuevos rostros del PSOE y la campaña electoral a la americana 7 diseñada como una campaña publicitaria por Julio Feo hicieron la labor disciplinadota que el antiguo régimen era incapaz de cumplir. Pero nos encontramos en un momento mucho más crítico que a principios de los años ochenta, en estos momentos hay opciones ya quemadas. La degradación del sistema político (la corrupción) que, según los informes alemanes es el mayor factor de desestabilización de nuestro país deja sólo dos opciones abiertas, una de ellas la franquista de los años sesenta: los tecnócratas a la política, la otra, una versión postmoderna del “cambio”: nuevas caras y promesas de honestidad.
Institucionalización y legalización van de la mano. La institucionalización ordena, estabiliza, reparte funciones, asigna tareas. Es un proceso de racionalización cuya función principal en las sociedades modernas es desactivar el conflicto canalizándolo si se trata de opciones negociables o sacándolo fuera (criminalizándolo) si no se puede institucionalizar. Desde el estallido del 15M ninguna de las movilizaciones sociales han buscado una “gestión institucional” de ahí las resistencias al proceso de institucionalización, de ahí el riesgo posible (aunque todavía no probable) de ruptura con el orden actual.
En este proceso de aumento constante de la conflictividad social muchos intelectuales, académicos y políticos han sido desplazados de los espacios de conflicto, o simplemente no estaban allí. La movilización social los ha reducido a meros acompañantes de los procesos, ni interlocutores, ni guías, ni expertos ni líderes. Muchos se han sentido defraudados, algunos han repudiado al vulgo ignorante, los menos han tomado el testigo del compromiso, y alguno que otro ha creído ver su oportunidad de salir del segundo plano para desempeñar un papel protagonista. ¿Por qué esperar a que haya una sociedad revolucionaria? ¿Y si nunca se da?
¡Votad, votad, malditos!
Cuando no existe un poder popular acumulado, las elecciones son el instrumento que legaliza y legitima el poder de las elites, son un fiel reflejo de las relaciones mercantiles, si no fuera así no habría elecciones. Los sistemas representativos modernos ponen en el mercado del voto las opciones posibles y la única libertad de los ciudadanos es elegir entre ellas. Si las instituciones, las que resultan de la hegemonía capitalista, se nos venden como productos neutros, como cascarones vacíos a la espera de ser ocupados por los sujetos adecuados, el procedimiento homologado para tal función es el electoral.
El voto es el primer instrumento de delegación de soberanía de nuestros sistemas. Es el ejercicio político al que queda reducida la participación social. Es además un acto individual, resultado de la concepción de la política también como un sumatorio de voluntades individuales. Una vez ejercido, el ciudadano puede volver a casa tranquilo, ha transferido la responsabilidad de la toma de decisiones políticas, ha depositado en el otro su voluntad para que ese otro haga lo que pueda, lo que le dejen o lo que quiera.
Cuando no existen mayorías sociales –estar en una misma situación de explotación no supone ser una mayoría social ya que para ello se necesita una misma conciencia de identidad de clase-, el voto es el constructor de las mayorías políticas postmodernas, desideologizadas, es decir, el gusto, la simpatía, la presentación del candidato, no la ideología, ni la práctica política, son los referentes de la elección.
Igual que ocurre en el mercado para otras mercancías, la concurrencia de los ciudadanos no es una concurrencia libre, está relacionada con su capacidad de compra, en el caso de las elecciones, de su cultura política, de su implicación en organizaciones, de su mayor o menor exposición a la influencia mediática. Como en el mercado, no existe una competencia real ni entre las distintas opciones ni entre los líderes correspondientes. El sistema es básicamente homogéneo. Las reglas electorales homogenizan el sistema.
Quinto Tulio Cicerón daba unos consejos a su hermano mayor en su campaña para el consulado: “Una candidatura a un cargo público debe centrarse en el logro de dos objetivos: obtener la adhesión de los amigos y el favor popular”. 8 Como vemos, ya en el año 64 antes de nuestra era, los intelectuales señalaban las pautas necesarias para lograr ser elegidos. Ambas pautas implican que las campañas electorales recauden apoyos de personas relevantes, que los contenidos de los mensajes sean lo más genérico posibles para no crear conflicto entre los posibles votantes y que se centren en los temas de mayor preocupación popular.
Todos los programas de acción de las opciones electorales actuales se centran en movilizar a la gente para que vote no en movilizarla para resolver sus problemas, para oponerse a la coacción o para tomar el poder. De este modo el compromiso que se pide es el compromiso de saber elegir a la persona correcta. Estas opciones aceptan el chantaje al que los sistemas representativos someten a la gente: ¿Y si no votamos qué hacemos? Se apoyan aquí para sacar votos. Oportunidad y oportunismo no solo tienen la misma raíz en la coyuntura actual son clones.
El desgaste de la representación política va unido al descrédito de los programas electorales. Al igual que las etiquetas de los productos en el mercado por más que leamos su composición y sus beneficios nunca podemos estar seguros de no haber sido víctimas del engaño de la propaganda. Ante esta situación las nuevas ofertas electorales proponen que sea el propio votante quien elabore el programa, de la misma forma que Ikea nos ofrece redecorar nuestra vida por poco dinero, aquí se oferta un programa a la carta. Que sean los ciudadanos quienes indiquen sus demandas a través de la participación (electrónica preferentemente), después los expertos valorarán y confeccionarán el programa, a gusto de todos.
Para una opción electoral lo fundamental es “no quedarse fuera de juego”, dejarse de pretensiones revolucionarias si de lo que se trata es de ganar. En la coyuntura actual todo diseño ganador debe dirigirse a la gente “normal”, a la gente corriente, como en aquel anuncio de la Coca- Cola : "Para los gordos, para los flacos, para los altos, para los bajos, para los que ríen, para los miopes, para los que lloran, para los optimistas, para los pesimistas, para los que lo tienen todo, para los que no tienen nada… para los educados, para los que sufren… para los que participan, para los que suman, para los que no se callan. Para nosotros. Para todos.” Nada mejor que la publicidad de esta empresa, apunto mandar a la calle a cientos de sus trabajadores, para expresar la distancia entre el discurso y la práctica cotidiana. Desde el momento en que el triunfo de las opciones políticas descansa en la suma de votos, el marketing político –confundido constantemente con la comunicación política- es quien tiene la última palabra.
Por eso, los medios de comunicación como en cualquier campaña para cualquier otro producto se ponen a disposición de la simplificación de los mensajes, la única forma de que llegue a un público generalizado. Cualquier opción que pretenda ser mayoritaria tendrá que enarbolar el “sentido común” como bandera. Tendrá que elevar el “sentido común” a categoría política para tener opciones de ganar. El sentido común del comprador que se deja llevar por su intuición ante el bombardeo constante de mensajes, teniendo siempre la banal esperanza de que esta vez sí, no se dejará engañar. Así, expresiones como “participación ciudadana” “empoderamiento” “apostar por la decencia” “la patria”, etc. suplirán los contenidos de un programa político que necesariamente tendría que ser excluyente.
Dado que no hay conciencia de clase, dado que no hay un “potente movimiento de masas”, ni hay “partido que catalice el malestar social”, es decir, si hay una izquierda sin unidad e impotente y el malestar social no tiene claro a donde va, ergo, démosle una salida electoral. Si la izquierda no es una alternativa real de gobierno, dicen nuestros filósofos, apoyemos a Podemos. Como opción electoral no queda claro si estas nuevas formaciones son o no de izquierdas, o si simplemente son una alternativa de gobierno aunque no sea de izquierdas, o si nada de esto tiene la menor importancia.
Pablo Iglesias o Belén Esteban
En una entrevista a Julio Feo, ex secretario de la Presidencia y coordinador de varias campañas de Felipe González, en enero de 2011 se le preguntaba por las características que debía tener hoy un buen líder a lo que Feo contestó: Los mismos que ayer y que mañana: carisma, sentido común, claridad de ideas, honestidad, un programa y una ideología claros, y ganas de trabajar 9 . Nadie mejor que este publicista formado en una empresa estadounidense y con el aval de los éxitos cosechados para el PSOE para orientar la construcción de una opción política con posibilidades de ganar. Lo interesante es la atemporalidad de su consejo y que fuera formulado en plena crisis del sistema político, pocos meses antes de que estallara el 15M.
Suponemos que en realidad Julio Feo nos señala los rasgos que debe presentar la imagen de cualquier candidato con opciones. Todos ellos están en sintonía con lo que muchos siglos antes Tulio Cicerón señalaba como recursos que un político debía manejar para movilizar a sus electores: “... hay tres cosas en concreto que conducen a los hombres a mostrar una buena disposición y a dar su apoyo en unas elecciones, a saber, los beneficios, las expectativas y la simpatía sincera, es preciso estudiar atentamente de qué manera puede uno servirse de estos recursos” 10
No cabe duda de que la nueva opción electoral maneja todos estos recursos, especialmente las expectativas y la simpatía del posible candidato. Pero existe un handicap importante, si el público al que se dirige es “normal”, el “para todos” de la Coca-Cola, para convertirse en representante de los deseos de la gente, de sus demandas, de su hartazgo, de su indignación, entonces, la formación intelectual del candidato puede ser un lastre, una pequeña marca en el currículo. La sinceridad y la honestidad de la propuesta pueden verse menguadas por el excesivo carácter intelectual del candidato.
En realidad si se tratara de coherencia, el votante de la nueva formación tendría que elegir como candidata a Belén Esteban. La narrativa del fenómeno Belén Esteban, como en las telenovelas, muestra a un personaje de extracción popular, con poca cultura, pero honesta, en la que la representación pública del personaje coincide íntegramente con la realidad del mismo. Un personaje capaz de mantener a millones de espectadores pendientes de su historia posicionándose a favor o en contra y que es elegida como “Princesa del pueblo” por aclamación popular.
El vaciamiento de la política y el voto como legitimación del sistema se corresponden con una época post-moderna donde conviven en un mismo nivel distintas formas de entender el mundo sin que se anulen entre si, la incoherencia forma parte de los relatos políticos post-modernos. A los discursos políticos sólo se les exige coherencia en la apariencia, en la puesta en escena. Así la selección de los candidatos sólo tiene dos vías posibles: la negociación de intereses al interior de los partidos políticos, o por aclamación popular. Tan escasamente participativas la una como la otra ya que en el segundo caso dicha aclamación no es posible sin la concurrencia de los medios de comunicación.
Por otro lado, las elites ilustradas han dejado de ser valoradas positivamente dada su incapacidad y falta de compromiso con las clases populares. La oferta y la demanda cuestiona el mérito como rasgo distintivo de la clase política por eso Belén Esteban tendría más posibilidades que Pablo Iglesias aunque este último si de verdad quiere convertirse en un candidato popular tendrá que rebajar cada vez más su discurso y su puesta en escena aproximándose a la narrativa de los “famosillos” con los que la gente “normal y corriente” se siente más identificada.
Dice la investigadora María Lamuedra que los shows de tele-realidad y las historias de famosillos son formatos actuales, post-modernos, de la hibridación social. Que esta hibridación ofrece un mayor poder interpretativo a los espectadores que se pueden identificar o criticar, decodificar las historias en un orden moral maniqueo u optar por una reflexión más profunda sobre los cambios culturales. Estos formatos, nos dice, son una mutación del melodrama y cumplen una función social integradora de la burguesía y las clases populares. Podríamos aplicar este análisis a las tertulias políticas considerándolas una mutación de los antiguos debates. En ellas, no está en juego ningún argumento, ninguna reflexión, sólo la simulación del conflicto social a través de la representación discursiva banal. Los participantes pueden, gracias a su vacío de significantes, conectar con distintas sensibilidades, unas más progresistas otras más reaccionarias.
En un sistema político que se legitima apoyándose en la suma de agregados de voluntades individuales, los medios de comunicación masiva son realmente los encargados de posibilitar estos arreglos. Son una pieza clave en la selección de los candidatos. No puede ser casualidad que sólo determinadas opciones encuentren la oportunidad de salir en los medios masivos. En este sentido, tampoco es casualidad el diferente tratamiento dado a Gamonal y a Pablo Iglesias. Los medios no sólo construyen héroes y villanos, construyen opciones y líderes políticos, todo ello sobre las movedizas arenas de las emociones.
Cambiar este país de arriba abajo no será el resultado de las buenas intenciones de ningún grupo de ilustrados, tampoco las elecciones son la pócima mágica que una vez bebida nos hará más fuertes, como a Obelix, para derrotar a los enemigos del pueblo.
Notas:
1 Daniel Bensaïd (2013) La política como arte estratégico, Viento Sur, Madrid, pág. 29
2 Alain Badiou, Circunstancias, Ed. Libros el zorzal, Buenos Aires, 2005, p. 20
3 Ibidem
4 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=136952
5 Ciutadans surgió en el 2006, UPyD (Unión Progreso y Democracia) en el 2007, IA (Izquierda Anticapitalista) en el 2009 escindiéndose de Izquierda Unida, Equo (partido Ecologista y ecosocialista) en el 2011, Red ciudadana partido X en el 2013
6 http://www.europapress.es/nacional/noticia-primer-ano-gobierno-rajoy-mas-36000-manifestaciones-concentraciones-20130112120312.html
7 Julio Feo, secretario de la Presidencia entre 1982 y 1987, diseñó la campaña “Por el cambio” que dio el triunfo electoral a Felipe González, y trabajaba como publicista para una compañía estadounidense en esa época. En el 2004 reconoció que el gobierno de González, en 1983, contrató a una empresa americana la operación «venta de imagen» para que preparara la visita del presidente socialista a Washington. 8 Quinto Tulio Cicerón, Breviario de la campaña electoral, Cuadernos del Acantilado, Barcelona 2003, p. 39
9 http://www.lahuelladigital.com/julio-feo-ex-secretario-general-de-la-presidencia-la-crispacion-funciona-y-la-derecha-intenta-que-siga-funcionando/
10 ibidem, p. 45
Ángeles Diez es Doctora en CC. Políticas y Sociología, profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


 

domingo, 9 de marzo de 2014

 Dailos González Díaz
Por parte del Gobierno, la Banca y cierta prensa, se está lanzando estas semanas un discurso triunfalista, diciendo que ya hemos salido de la crisis, utilizando unos tonos alucinantes que nos llevan a pesar si acaso esta gente no se habrá fumado los famosos "brotes verdes". Nos dibujan una situación fantástica, maravillosa, mientras para la gente del común, la clase trabajadora (y aquí incluyo a las personas desempleadas), la situación cada vez es más difícil. Ante esta terrible situación social, con total descaro, el banquero Emilio Botín declara que vivimos "un momento fantástico" y que está llegando un montón de dinero. Y lo peor de todo es que no está tan desencaminado, quizás tenga un poco de razón, y es que él está viendo pasar ante sus ojos millones y millones de euros. Está llegando un montón de dinero, el problema es ver en manos de quién está, y no es tanto en manos de la llamada "clase política", como dice el populismo más ramplón, sino en manos de la banca y los grandes empresarios. No es casual que en estos momentos esté aumentando paralelamente el número de personas por debajo del umbral de la pobreza, y el número de personas ricas, manejando estas cada vez más millones.

Mientras, la CEOE anima a hacer cada vez más recortes y que trabajemos por sueldos cada vez más míseros, sin derechos laborales, apostando por el despido libre y por unas políticas que no están llevando sino al aumento del paro... como era de prever. Tienen todos los medios para adoctrinarnos diciéndonos que la salida viene por el pensamiento positivo y el espíritu emprendedor, la nueva religión que trata de evitar que desde abajo, desde la clase trabajadora que es la mayoría de la población, se responda ante este verdadero expolio, ante esta acumulación de ganancias en manos de una minoría de la sociedad por medio de la desposesión. Ante estas exorbitantes ganancias, el sueldo de los cargos políticos es casi una mera anécdota, una falta de respeto dadas las condiciones de miseria a las que se ve arrastrada buena parte de la población, eso sí, pero una anécdota comparado con quienes acumulan capital y no les importa que todo el odio social vaya a quienes, curiosamente, están legislando en pro del beneficios de esta minoría y no de la mayoría de la población. El peligro de todo esto, es que pueda terminar prescindiéndose de la democracia e imponernos una dictadura tecnocrática que seguirá, evidentemente, al servicio de las personas de siempre. Por eso difunden falsedades como los 440.000 políticos en España, un listado en el cual adquieren esa categoría hasta simples encargados y encargadas de bibliotecas públicas. O un supuesto excesivo número de municipios, que ha servido de excusa para quitar los servicios sociales de los ayuntamientos justo cuando mayor número de personas los necesitan.

Todavía algunos creen, o quieren que creamos, en su pensamiento económico quasireligioso que, de manera milagrosa, el beneficio de las clases altas terminará reflejándose en un mayor bienestar para el conjunto de la sociedad, en una lógica un tanto perversa, que vendría a decir que, mientras más suculentos sean los platos que coma el amo, mejores serán las migajas que nos dejen caer. Pero la historia reciente nos ha demostrado lo contrario, y desde los años 80 se ha incrementado la desigualdad social, el abismo entre el sector más poderoso de la sociedad y la mayoría de las personas subalternas. Ahora bien, la cosa es más grave si tenemos en cuenta que nosotras, las personas de abajo, no somos los perros a los que el amo deja caer, caritativamente unas migajas de sus suculentos manjares... es que somos quienes tomamos las migajas, sí, pero ¡es que somos los cocineros! El amo, vestido de brujo emprendedor, con iniciativa, nos dice que es él, con su varita mágica, quien crea la comida, la riqueza... porque es quien manda a toda la cohorte de cocineros y cocineras para que cocinen los más selectos platos para él.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Las diferencias entre lucha obrera en el Estado Español y, lucha burguesa oligárquica en Ucrania


 José Luis Valdés

 Si el próximo 22 de Marzo en Madrid se juntara más de medio millón de personas los medios de comunicación de masas dirán que no sobrepasaron las cincuenta mil, pero en Kiev se juntaron diez mil y dijeron varios cientos de miles.
Si en Sol acamparan medio millón de personas y se enfrentaran los trabajadores con la policía,  no les darían mucha publicidad.
En la plaza de Maidan en Kiev Ucrania, una gran parte de los manifestantes eran mercenarios (con conocimiento militar y de guerrilla urbana), cobraban por hacer resistencia a la policía. Los golpistas compuestos por oligarcas, banqueros y los estados imperialistas EEUU y la UE les facilitaban a los okupas de Maidan los medios materiales y económicos que necesitaban para crear las condiciones apropiadas del golpe.
¿Qué pasaría si en Madrid los manifestantes fueran unos miles de enmascarados con pasamontañas y cascos; con chalecos antibalas; protectores de canillas, codos, rodilleras y brazos de 1800 dólares el conjunto; armados con garrotes de palo grueso y escudos de metal o de madera?
¿Que los manifestantes fueran personas supuéstamente desempleadas e inconformes con el gobierno; pero que a pesar del desempleo no les faltara el dinero para conseguir todo el equipamiento nombrado; ni tampoco les faltara para comprar las materias primas con las que arman las miles de bombas Molotov?
¿Que los manifestantes se tomaran una zona pública y la rodearan con neumáticos y autos quemados. Creando grandes zonas contaminadas con humo?
¿Que los manifestantes fueran a cumplir horario como en cualquier trabajo cobrando 25 dólares el día?
¿Que los manifestantes le gritarán a la policía, ¡muerte al enemigo!, ¡te esperamos en tu casa!?
¿Que el pago a los manifestantes lo hiciera un país extranjero a través de su embajada en forma clandestina, obviamente ilegal?
¿Qué políticos de otro país fueran con cámaras de televisión a repartir panes y otros regalitos a los manifestantes?
¿Que los manifestantes entrenaran a plena luz del día el combate cuerpo a cuerpo, el manejo de armas cortopunzantes o contundentes, y las tácticas de guerra urbana?
¿Que los manifestantes se entrenarán en otros países en actividades de guerra como tiro al blanco con armas de fuego, y asesorados con expertos extranjeros?
¿Que los manifestantes recibieran tácticas de guerra a través de los canales privados de TV con conferencistas de un país externo?
¿Que los manifestantes atacaran con bombas incendiarias, palos y cuchillos a la policía antidisturbios, asesinaran a varios o hubiesen dejado lisiados a otros?
¿Que los manifestantes usaran mezclas químicas para generar fuegos difíciles de extinguir, como acetona con poliestireno, ¿Quién les brindaría las clases de química para explosivos caseros?
¿Que los manifestantes usaran catapultas y otros artefactos para disparar bombas Molotov?
¿Que los manifestantes se tomaran a la fuerza un edificio público, como si se tratase de una salto medieval a un castillo?
¿Que los manifestantes fueran en gran número cabezas rapadas neonazis (la extrema derecha); aficionados a barras bravas de fútbol; drogadictos; habitantes de la calle; ladrones de negocios; y en el peor de los caso, simples extranjeros?
¿Que el líder de los manifestantes hiciera llamados públicos a matar personas y usar armas de fuego?
¿Que los manifestantes tuvieran camufladas armas de fuego?
¿Qué jóvenes aparecieran muertos al amanecer con heridas de bala, precisamente en el lado en donde los manifestantes están atrincherados y son los que mandan?

Ucrania: Euromaidán y los rostros enmascarados



Pero esto pasó en Ucrania, no pasara en Madrid, ya que la lucha de la clase trabajadora contra el Gobierno y la política del PP nuca será apoyada contra ellos mismos, oligarquía que controla el capital y el dinero, mucho menos, por la UE o EEUU, ya que irían contra sus propios intereses políticos económicos y torticeros.