miércoles, 8 de febrero de 2012

Suecia, el paraíso perdido de la socialdemocracia


José Luis Valdés


En los años 70, trabajando en la marina mercante sueca, llegó a mis manos el libro “Suecia infierno y paraíso”, escrito a finales de los 60 por el periodista italiano Erico Altavilla. Con conocimiento de la sociedad sueca de esa época, considero que el libro era bastante realista sobre las condiciones reales de este país de aquellos tiempos, el cual estaba considerado como el modelo de la socialdemocracia europea en cuanto a avance social y reparto de la riqueza, sin cambiar el modelo social de explotación capitalista. Situaban a este país como experimento hacia una tercera vía, independiente del modelo ultraliberal americano o el modelo socialista soviético.


Tengo que decir que el experimento funcionó durante unos años, gracia a la coyuntura económica que tuvo Suecia tras la Segunda Guerra Mundial, la cual mantuvo toda su industria intacta al posicionarse “neutral” en la guerra, no sufrió el impacto destructivo sufrido por otras naciones europeas, igualmente por ser un país grande y rico, con una población reducida.


Durante los años sesentas y setentas el nivel de vida de los suecos creció, situándose a la cabeza de los países desarrollados del Mundo, en cuanto a temas sociales como laborales. Suecia pasó de ser un pueblo de emigrante hacia America, como Canarias, a convertiré en un país de inmigrantes, importando mano de obra, en particular, de Italia y Grecia. Muchos canarios y canarias ilusionados con el estado de bienestar de los suecos, cruzamos las fronteras europeas y nos acercamos a trabajar a este país, y algunos nos incorporamos a trabajar en su marina mercante, la cual era una de las flotas más grandes y bien pagadas del Mundo. Suecia fue vanguardia en cuanto a ayudas sociales a las familias y en particular a la madre soltera, a las cuales se le concedía todo tipo de ayudas y derecho a la vivienda, el Estado se encargó de los costos de la separación de las parejas y de pasarle a la madre o al padre, que se hacían cargo de los hijos, la paga obligatoria por separación hasta los 18 años. Hoy día, sigue manteniéndose este derecho, pero casi es la misma cantidad que desde hace veinte años, estas cantidades se le descuenta de la nómina de los padres con derecho a pagar al cónyugue. Lo mismo pasa con la ayuda que aporta el Estado a la manutención de unos 100 euros mensuales.


Sobre el sistema educativo, Suecia sigue manteniendo la educación gratuita y el derecho a la comida y a los libros escolares, las familias no tienen la obligación, como en el Estado Español, de la compra del uniforme, ya que los niños van con su ropa de calle al colegio, pero, con los recortes económicos ha perdido calidad la enseñanza y la propia manutención de los escolares. Donde más se han visto los recortes y los cambios en Suecia es en la sanidad pública y en los derechos laborales de los trabajadores y pensionistas. Sobre la sanidad, diré que se ha convertido en una sanidad mediocre de copago, donde este año han subido la consulta al médico de la seguridad social en 160 kr = (17 euros), lo mismo pasa con los medicamentos, cuyos precios es tres veces superior a lo que cuesta en España. Hay falta de médicos, enfermeras y especialistas, ya que los médicos suecos emigran a Noruega u otros países en los que les pagan más, lo que obliga que Suecia a la vez importe médicos y especialistas de países con ingresos inferiores a los suecos.


Sobre el tema de las pensiones, en los años 60 y 70 los marineros suecos podíamos dejar de navegar con derecho a una pensión a los 55 años, pero en los años 80 el Estado se apropió de este fondo de pensiones de los marinos y catalogó el trabajos duro de la mar como un trabajo liviano en tierra, aplicándonos el sistema estatal de pensiones hasta ahora a los 65 años, el cual, ha sido ampliado a los 67. Lo curioso es que los oficiales y capitanes, que tienen un trabajo más liviano que los marineros, se pueden jubilar con la pensión máxima a los 61 años, sin perder porcentaje de derechos. Según el primer ministro sueco, el conservador Fredrik Reinfeld, ha declarado -hoy día 7 de febrero de 2012-, que el derecho de jubilación debe ser ampliado hasta los 75 años, pero ellos, los políticos, se jubilan con 55 0 60 años. Este Sr. utiliza toda su demagogia declarando que la población sueca hoy día vive más años, o tiene más promedio de vida que en el pasado. Las cantidades que cobrábamos los trabajadores anteriormente si nos jubilábamos a los 61, la han pasado a los 63, y la que cobrábamos si nos jubilamos a los 65 la han pasado a los 67. Las pensiones normales en la actualidad están rondando entre los 800 euros a los 63 años, y los 1.200 a los 65. Las indemnizaciones por despido, igual que en el Estado Español, era del trabajador por años trabajados, ahora es del sistema, ya que el tiempo de derecho de cobro tienes que declararlo, descontándosete para cobrar el subsidio de paro. Para tener derecho al paro hemos de solicitarlo rellenando unos impresos y pagar independientemente todos los meses, durante un año, una cantidad que ronda entre 15 a 30 euros. Si te afilias al sindicato sueco lo puedes tramitar por ellos, pero con la cuota sindical te sale tres veces más caro.


El paraíso social, del cual nos hablaba Erico Altavilla en su libro, ha desaparecido en gran parte del contexto social sueco, en gran medida fruto del reformismo de la socialdemocracia, la perdida de poder de los sindicatos, por la venta a la patronal y por la bajada de pantalones de sus dirigentes, bastante parecido a lo que sucede actualmente en España con el PSOE y los sindicatos vende obreros de UGT y CCOO, unido a la política de derecha de los últimos Gobiernos conservadores y social liberal del llamado "socialismo" europeo.


En la práctica, la experiencia de Suecia nos demuestra que el experimento sueco fue un fracaso del reformismo pequeñoburgués y que sin una revolución social, mayor reparto de la riqueza, y sin socialismo obrero auténtico en donde la propiedad privada de los medios de producción mayormente pase a ser colectiva y administrada por los propios trabajadores, seguirán existiendo las condiciones de desigualdad social de la sociedad clasista. Por tanto, la clase trabajadora de todos los países y pueblos del mundo tiene que luchar hasta derrotar el capitalismo.


POR UNA CANARIAS LIBRE Y SOCIALISTA

INDEPENDENCIA Y SOCIALISMO