lunes, 5 de septiembre de 2011

"Siete puntos acerca de Libia"


Los tiranos y dictadores planetarios de nuestra época se sientan en Washington, Bruselas y las más importantes capitales occidentales



canarias-semanal



¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO REALMENTE EN LIBIA? Mussolini presentó la agresión fascista contra Etiopía como una campaña para liberar el país de la esclavitud; la OTAN presenta la suya contra Libia como una campaña para la difusión de la democracia



Domenico Losurdo

A estas alturas hasta los ciegos pueden ver y entender lo que está sucediendo en Libia:



1. Lo que está ocurriendo es una guerra promovida y desencadenada por la OTAN. Esta verdad acaba por revelarse hasta en los mismos órganos de “información” burgueses. En 'La Stampa' del 25 de agosto, Lucia Annunziata escribe: es una guerra “totalmente externa, o sea, hecha por las fuerzas de la OTAN”; fue “el sistema occidental el que promovió la guerra contra Gaddafi”. Un texto del 'International Herald Tribune' del 24 de agosto nos muestra “rebeldes” que se regocijan, aunque están cómodamente instalados en un avión con el emblema de la OTAN.



2. Se trata de una guerra preparada desde hace mucho tiempo. El 'Sunday Mirror' del 20 de marzo reveló que “tres semanas” antes de la resolución de la ONU ya estaban en acción en Libia “centenas” de soldados británicos, encuadrados en uno de los cuerpos militares más refinados y temidos del mundo (SAS). Revelaciones o admisiones análogas pueden ser leídas en el 'International Herald Tribune' del 31 de marzo, a propósito de la presencia de “pequeños grupos de la CIA” y de una “amplia fuerza occidental actuando en la sombra”, siempre “antes de desencadenarse las hostilidades el 19 de marzo”.

3. Esta guerra nadie la ve como protección de los derechos humanos. En el artículo ya citado, Lucia Annunziata observa con angustia: “La OTAN que alcanzó la victoria no es la misma entidad que lanzó la guerra”. En ese intervalo de tiempo, Occidente adelgazó gravemente con la crisis económica ¿Conseguirá mantener el control de un continente que, cada vez más frecuentemente, recibe el llamado de las “naciones no occidentales” y en particular de China? Igualmente, este mismo diario que presenta el artículo de Annunziata, 'La Stampa', el 26 de agosto publica un titular a toda página: “Nueva Libia, desafío Italia-Francia”. Para aquellos que todavía no hubiesen comprendido de qué tipo de desafío se trata, el editorial de Paolo Paroni ("Duelo finalmente de negocios") lo aclara: después del inicio de la operación bélica, caracterizada por el frenético activismo de Sarkozy, “se comprendió súbitamente que la guerra contra el coronel se transformaría en un conflicto de otro tipo: guerra económica, contra un nuevo adversario: obviamente Italia”.



4. Deseada por motivos abyectos, la guerra es conducida de modo criminal. Me limito apenas a algunos pormenores tomados de un diario por encima de toda sospecha. El 'International Herald Tribune' del 26 de agosto, en un artículo de K. Fahim y R. Gladstone, relata: “En un campamento en el centro de Trípoli fueron encontrados los cuerpos acribillados a balazos de más de 30 combatientes pro-Gaddafi. Por lo menos dos de ellos estaban atados con esposas de plástico y esto permite pensar que sufrieron una ejecución. Entre estos muertos, cinco fueron encontrados en un hospital de campo; uno estaba en una ambulancia, tendido en una camilla y amarrado por una correa, y con suero intravenoso todavía en su brazo.”.



5. Bárbara como todas las guerras coloniales, la guerra actual contra Libia demuestra cómo el imperialismo se torna cada vez más bárbaro. En el pasado, fueron innumerables las tentativas de la CIA de asesinar a Fidel Castro, pero estas tentativas eran efectuadas en secreto, con un sentimiento de que si no es por vergüenza, es por lo menos de temer posibles reacciones de la opinión pública internacional. Hoy, en cambio, asesinar a Gaddafi o a otros jefes de Estado no apreciados por Occidente es un derecho abiertamente proclamado. El 'Corriere della Sera' del 26 de agosto de 2011 titula triunfalmente: “Caza a Gaddafi y sus hijos, casa por casa”. Mientras escribo, los Tornado británicos, aprovechando también la colaboración e informaciones

provistas por Francia, son utilizados para bombardear Syrte y exterminar a toda la familia de Gaddafi.



6. No menos bárbara que la guerra fue la campaña de desinformación. Sin el menor sentimiento de pudor, la OTAN martilló sistemáticamente la mentira según la cual sus operaciones guerreras no buscaban sino la protección de los civiles! ¿Y la prensa, la prensa “libre” occidental? En cierto momento, publicó con ostentación la “noticia” según la cual Gaddafi llenaba a sus soldados de viagra para que pudieran más fácilmente cometer violaciones en masa. Como esta “noticia” cayó rápidamente en el ridículo, surge entonces otra “novedad” según la cual los soldados libios tiran contra los niños. No se ofrece ninguna prueba, no se encuentra ninguna referencia a fechas y lugares determinados, ninguna cita a tal o cual fuente: lo importante es criminalizar el enemigo a liquidar.



7. Mussolini en su tiempo presentaba la agresión fascista contra Etiopía como una campaña para liberar a este país de la llaga de la esclavitud; hoy la OTAN presenta su agresión contra Libia como una campaña para la difusión de la democracia. En su tiempo Mussolini no cesaba de despotricar contra el emperador etíope Haile Sélassie llamándolo “Negus de los negreros”; hoy la OTAN exprime su desprecio por Gaddafi llamándolo “dictador”. Así como la naturaleza belicista del imperialismo no cambia, también sus técnicas de manipulación revelan elementos significativos de continuidad. Para clarificar quién ejerce hoy realmente la dictadura a nivel planetario, en vez de citar a Marx o a Lenin quiero citar a Emmanuel Kant. En un texto de 1798 ("El conflicto de las facultades"), escribe: “Qué es un monarca absoluto? Aquel que, cuando ordena: ‘Hay que hacer la guerra’, la guerra se hace efectivamente”. Argumentando de este modo, Kant tomaba como blanco en particular a la Inglaterra de su tiempo, sin dejarse engañar por la forma “liberal” de aquel país. Es una lección de la que debemos sacar provecho: los “monarcas absolutos” de nuestra época, los tiranos y dictadores planetarios de nuestra época se sientan en Washington, en Bruselas y en las más importantes capitales occidentales.

27 de agosto de 2011